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Opinión | Políticas de Babel

Profesor universitario

Un Nobel de la Paz bien merecido

El premio Nobel de la Paz concedido a María Corina Machado sigue generando controversias políticas e ideológicas. Lo vimos en el propio Parlamento de Galicia, en el que una diputada del BNG llegó a llamar “fascista” a la líder opositora venezolana, a la que acusó incluso de incitar a la invasión de nuestro país hermano. También el Congreso de los Diputados se enzarzó en una discusión entre la portavoz adjunta del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, quien definió a la caraqueña como “heroína de la democracia”, y el ministro Félix Bolaños, quien se negó a rendirle homenaje a la galardonada; una actitud semejante a la del propio Pedro Sánchez; aunque menos vehemente que la manifestada por Podemos, con Pablo Iglesias comparándola con Hitler, y Ione Belarra identificándola con “golpistas y criminales de guerra”.

Sorprenden los recelos del PSOE a felicitar a María Corina Machado, pues podrían ser interpretados como miedo a un régimen de Maduro con el que se ha relacionado a miembros del Ejecutivo y de la coalición, y también a quien últimamente se ha convertido en el más fiel escudero de Sánchez y Maduro, José Luis Rodríguez Zapatero. Y es que a las investigaciones sobre el caso Delcygate que apuntan a altos cargos del PSOE, se suman los vínculos del expresidente Zapatero con la cúpula del poder venezolano que ya se sugiere desde la Administración Trump y la UE (recordemos que se le critica por dar “oxigeno político” a un presidente venezolano al que se relaciona con el narcotráfico; y por pedir “no demonizar” a Maduro incluso tras los informes de la ONU que certifican crímenes de lesa humanidad cometidos en el país caribeño).

Sea como fuere, la propia oficina de derechos humanos de las Naciones Unidas ha celebrado la concesión del Nobel a Machado, señalando que “refleja las aspiraciones democráticas del pueblo venezolano por las elecciones libres, los derechos civiles y políticos, y el Estado de Derecho”; y hasta Amnistía Internacional manifestó que el Premio era un “reconocimiento a María Corina y al amplio movimiento prodemocrático en Venezuela”. El problema parece surgir del breve discurso de aceptación de María Corina, quien dedicó el premio “al pueblo venezolano y al presidente Donald Trump por su decisivo apoyo”. Se refería Machado al apoyo en las urnas de sus compatriotas tanto hacia su persona en las primarias de la Plataforma Unitaria Democrática de 2023, como en la victoria de su sustituto tras su inhabilitación, Edmundo González Urrutia, en las presidenciales de 2024. La galardonada con el Nobel quería agradecer también a Trump el reconocimiento a Edmundo González como ganador de las elecciones y presidente electo de Venezuela.

Pero el hecho de que Trump haya iniciado una cruzada militar controvertida en aguas del Caribe (e incluso en el interior del país a través de la CIA) contra el narcotráfico venezolano, aumentando así la presión psicológica hacia la cúpula del régimen venezolano para que acepte una transición pacífica, ha hecho que los defensores de Maduro vean erróneamente en las palabras de Machado una invitación a la intervención militar estadounidense en Venezuela. Lo cierto es que era el momento de otorgarle el premio a María Corina, dado que tras las elecciones de 2024 hasta propuso un plan reconciliador para alcanzar “una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia” en la República Bolivariana, ofreciéndole incluso a Maduro y a los suyos salvoconductos y garantías de libertad; algo que apoyaron Brasil, Colombia, México y hasta Panamá, que llegó incluso a ofrecerle al autócrata venezolano asilo en su país.

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