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Opinión | Firma invitada

Profesor emérito de la USC

Los idiomas y los políticos

Afortunadamente el nivel del dominio de los idiomas de los estudiantes, en especial del inglés, ha mejorado en los últimos años de tal manera que es frecuente que en muchas carreras universitarias, si procede, se puedan dar clases en inglés sin ningún problema. Sin embargo, esto no sucede en otras actividades, donde no dominan el uso fluido de las lenguas a pesar de ser muy conveniente y casi imprescindible en el día a día.

Un ejemplo son algunos políticos. Hace unos meses, en un acto de la extrema derecha europea en París, vimos como hablaba francés el líder de Vox, Santiago Abascal. Parece que al hablar no experimentó vergüenza alguna, aunque muchos tuvieron vergüenza ajena. A la anfitriona Marine Le Pen se la vio esbozando una sonrisa preguntándose si este hombre no tiene miedo al ridículo. Su francés recordaba a aquel que se le preguntaba como se decía silla en francés, contestando sille y mesa, mese. Este ejemplo, es instructivo para señalar que la España que quieren determinados políticos es parecida al nivel que tienen ellos. El nivel de la España que añora Abascal es parecido al nivel que tiene él. El no tener sentido del ridículo no es exclusivo de él. Se recuerda al presidente Aznar imitando el acento inglés con aquello de «estamos trabajando en ello» o el de Ana Botella cuando defendiendo la candidatura de Madrid como sede de los juegos olímpicos dijo en un inglés macarrónico aquello de «a relaxing cup of café con leche» provocando las risitas de todo el mundo y la vergüenza ajena.

Siguiendo con los idiomas, el congreso del Partido Popular celebrado al principio del verano tenía como lema las palabras en inglés «Let´s go» (Vamos). En principio puede parecer positivo dado que al ponerlo se podía suponer que los asistentes o al menos la mayoría supiesen el significado. Sin embargo, algún mal pensado podría pensar que la intención del lema era animar al líder del partido Núñez Feijóo a estudiar inglés, dado que el mes anterior en el congreso del partido popular europeo celebrado en Valencia, todos los líderes europeos, incluyendo varios primeros ministros, hablaron en inglés, siendo Núñez Feijóo el único que no lo hizo.

En años anteriores, a Zapatero y a Rajoy antes de las reuniones de los primeros ministros de la UE se les veía aislados, cuando el resto de primeros ministros formaban parte de los corrillos, corrillos fundamentales para madurar las decisiones. Es en ellos donde se tejen simpatías, estrategias, y alianzas. Nuestro líderes deben estar en los idiomas, como en otros temas, suficientemente preparados y desde luego tener cierto sentido del ridículo, porque entre otras cosas representan a todo el país.

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