Ayudas, pero también inversiones

RECUPERACIÓN La crisis sanitaria, y las restricciones que ha obligado a poner en marcha, han tenido una importante repercusión en la evolución económica. El cese de la actividad, los límites a la movilidad y la reducción de aforos en los establecimientos han puesto en peligro la viabilidad de muchas empresas y gran cantidad de puestos de trabajo. Las administraciones públicas han realizado un importante esfuerzo para tratar de paliar estos problemas, y se han establecido líneas de apoyo para ayudar a salvar el abismo y socorrer a los más necesitados. En este aspecto, el Ayuntamiento de Santiago ha aplicado, entre otras, reducciones en la tributación, subvenciones para que los sectores más afectados pudieran hacer frente a los gastos acuciantes y medidas para sustituir la labor que a diario realizaban las entidades sociales cuya actividad también tuvo que cesar. Pero al mismo tiempo, se mantuvo un importante esfuerzo inversor en obras públicas, algo muy necesario en dos sentidos. Por un lado, porque el mantenimiento y la mejora de las infraestructuras es algo imprescindible; pero también porque muchas empresas del sector de la construcción tienen en las administraciones uno de sus principales clientes, y si éstas paran, la mayoría se pueden ver abocadas a tener que bajar la persiana, por mucha vacuna que llegue y muy rápido que se distribuya. En este sentido, el balance del año ha sido relativamente positivo, y la muestra es que estas obras también han servido para incentivar al sector privado, ya que a pesar del parón de las tramitaciones durante los tres meses del estado de alarma, las grúas han seguido trabajando en la ciudad para llevar a cabo obra nueva y rehabilitación. No es un mal síntoma, desde luego, en un momento de tanta liquidación por cierre.

Beatriz Castro. Periodista