Brindemos con una buena birra de cerveza

nadie duda que la apertura de una cervecería de diseño en la compostelana rúa Orfas, donde durante décadas funcionó una histórica fábrica de chocolates, es una buena noticia para la zona monumental por lo que significa dar nueva vida a un establecimiento con gran tradición. Además, todo indica que el negocio ha sido montado con mucho gusto, como se esperaba de una empresa tan potente como Estrella Galicia, y que atraerá a una clientela que sabe valorar las rehabilitaciones realizadas con estilo y cariño. Hasta ahí, todo bien. Lo que ocurre es que la dinámica del casco viejo sigue moviéndose por unos derroteros impulsados tan solo, o casi, por el sector hostelero a golpe de nuevos bares, restaurantes, heladerías, hoteles o albergues. O sea, negocios dirigidos de una forma especial al turismo o a vecinos de toda la ciudad que acuden a tomar algo al casco histórico y luego retornan a sus barrios de origen. ¿Es esa la mejor fórmula para fijar residentes en un área que ha padecido una brutal despoblación en las últimas décadas? ¿Qué planes hay para incentivar el alquiler a familias, promover la creación de residencias estudiantiles o animar a jóvenes emprendedores a montar otro tipo de negocios en esa zona y, ya de paso, a fijar su residencia en la misma? Si tales planes existen, todo indica que están fallando más que una escopeta de feria. Y si no, debemos ser conscientes de que en muy pocos años el casco histórico será solo un lugar de paso para foráneos y visitantes. Si eso es lo que queremos, lo estamos haciendo de maravilla. Hala, brindemos con una buena birra de cerveza.