Cada uno en el sitio que debe estar

Desde el punto de vista físico, la llegada del AVE acortó sensiblemente las distancias entre Galicia y Madrid. Desde el punto de vista político, al menos en el caso del Partido Popular, el desembarco de Alberto Núñez Feijóo en la cúpula de la calle Génova hizo que las dos comunidades caminen de la mano en el arranque de su nueva etapa. Ambas, importantes graneros de voto para los del charrán, coinciden este fin de semana en celebrar los congresos que entronizan a sus líderes. Dos citas que son especialmente simbólicas. El caso del cónclave que tiene lugar en Pontevedra, en el que el ya titular de la Xunta, Alfonso Rueda, tomará el timón del PPdeG, escenificará el fin del proceso sucesorio que llevó al de Os Peares a la capital para intentar disputar a Pedro Sánchez las llaves de La Moncloa. Un relevo que como se había apuntado fue previsible, en el que el número dos, con acuerdo entre todas las provincias, pasa a ser número uno prometiendo continuidad, que no continuismo, con el reto de levantar el vuelo en las municipales, sobre todo en las grandes ciudades, para asaltar después la quinta mayoría absoluta a nivel autonómico. En el caso de los populares madrileños, la cita que en su día fue el detonante de la bronca que le costó el puesto a Pablo Casado y amenazó con hacer explotar la organización en mil pedazos, es ahora, curiosamente, un símbolo de la fortaleza y la unidad para los de la gaviota, que según las últimas encuestas estarían cerca de tocar el cielo. Tras arrasar en las urnas, Isabel Díaz Ayuso reclamaba lo que parecía justo: llevar el control a nivel regional. Y tras un tenso tira y afloja, que apunto estuvo de romper la cuerda, al fin lo tiene. La baronesa, a la que la anterior cúpula de Génova 13 quiso descabalgar deslizando acusaciones sobre posibles corruptelas, inaugura ciclo borrando todo resto del anterior... literalmente. Ni rastro del expresidente y essecretario general en un vídeo promocional, donde aparecía hasta Toni Cantó. Tras destilar cierta ambición con miras más allá de la Puerta del Sol con el equipo precedente, Ayuso, aliada con Feijóo, dio dos pasos atrás para dejar el foco y la proyección nacional al que corresponde: el presidente del partido, cuya escalada no puede tapar ni Tezanos al frente del CIS. En resumen, el PP ya tiene a cada uno donde debe estar.