Cincuenta años de entrega generosa y esforzada a la Iglesia

bodas de oro El arzobispo de Santiago es una persona discreta poco dada a las estridencias. Acaba de cumplir veinticinco años en el cargo, un tiempo en el que la Iglesia compostelana ha seguido un camino paralelo a esa forma de ser y comportarse de monseñor Barrio. Trabajo, dedicación y discreción al servicio de un Arzobispado ejemplar en España. Ayer celebró también sus bodas de oro como sacerdote. Sin duda habrá sido un momento lleno de emociones para él, de recuerdos, muchos de ellos felices. Pocas personas hay más equilibradas en su trabajo y su vida diaria que el arzobispo de todos los compostelanos, que siempre ha estado a la altura de una de las Archidiócesis más importantes de España. En pleno Año Santo su labor adquiere un protagonismo especial para que este acontecimiento no pierda de vista su contenido religioso.