De bien nacidos es ser agradecidos
Como todos los grandes personajes, la figura de Manuel Fraga cuenta con seguidores y detractores. Con toda una vida dedicada a la política, en su amplísimo currículum hay etapas más brillantes que otras. Su pasado como ministro durante la dictadura fue –y todavía es– motivo de reproche entre algunos de sus adversarios más acérrimos. Sin embargo, cuando se analiza la dilatada hoja de servicios al país que dejó en herencia, su contribución al fortalecimiento de la democracia y al desarrollo tanto del conjunto de España como de Galicia pesa muchísimo más que cualquier reproche. Coincidiendo con el centenario de su nacimiento, el conocido como León de Vilalba, fallecido en 2012, recibió este miércoles un sentido homenaje de la familia del Partido Popular, tanto en su tierra natal como en Madrid, donde se rememoró su trayectoria. “Fundador del PP, presidente de la Xunta, padre de la Constitución y hombre de Estado”, recordó en el Senado, donde ocupó un escaño durante sus últimos años, el actual presidente nacional de los del charrán y su sucesor en San Caetano, Alberto Núñez Feijóo. El de Os Peares, que al igual que su antiguo jefe también puede presumir de cuatro mayorías absolutas en los comicios autonómicos, destacó de él que “supo trabajar consensos por encima de ideologías y alcanzar pactos”, cualidades que desde luego se echan mucho de menos a día de hoy, cuando el PSOE y el principal grupo de la oposición no parecen capaces de ponerse de acuerdo ni es si es de día o de noche. También hizo mención a aquella famosa frase de “aquí no hay ni tutelas ni tu tías”, que confesó haber seguido “al pie de la letra” cuando abordó su relevo al frente del Ejecutivo gallego y del PPdeG, que ya con Alfonso Rueda a los mandos también se sumó este miércoles al tributo, ensalzando la capacidad de Don Manuel para “identificarse con los sentimientos más profundos da su tierra”. El Xacobeo fue citado como “uno de los mejores ejemplos de lo que fue capaz de imaginar” una cabeza en la que se decía que le cabía el Estado. Figura clave para que la Transición fuera un éxito, impulsor de las instituciones autonómicas, servidor público impecable y enamorado de Santiago de Compostela, sus compañeros de filas hicieron buena ayer una máxima con la que seguro que Fraga estaba de acuerdo: Es de bien nacidos ser agradecidos.