Discriminaciones ‘peregrinas’

EN EL COLMO de la incoherencia, el Gobierno mantendrá esta Semana Santa las fronteras abiertas para los extranjeros que quieran visitar España, pero multará a los nacionales que traspasen las fronteras de la comunidad donde residan. En otras palabras, los forasteros procedentes de la UE tienen barra libre para llegar a cualquier punto de nuestro país si traen consigo una PCR negativa, mientras que los españolitos no gozarán de igual libertad aunque se sometan una prueba idéntica a la de sus vecinos europeos. Curiosamente, este sinsentido afecta también a los peregrinos que deseen aprovechar los próximos días de ocio para recorrer el Camino de Santiago, de tal forma que un extranjero puede aterrizar en cualquier comunidad española y recorrerla de cabo a rabo, mientras que los peregrinos españoles tienen que ceñirse a su propia autonomía. El único requisito que se les exige a los caminantes de otros países es que porten en la mochila la citada prueba inmunológica, que igualmente es rechazada si eres ciudadano nacional y quieres iniciar el viaje fuera de las fronteras autonómicas. ¿Alguien entiende algo? No, pero eso es lo que ordena el Gobierno y habrá que tragar con la inexplicable patochada, salvo que los dóciles españoles nos empecemos a plantar exigiendo coherencia a unos mandatarios que están demasiado acostumbrados a mandar lo que les viene en gana aunque sea un absurdo tan descomunal como el expuesto. Sería bueno saber qué fallaría el Tribunal Constitucional ante un caso de discriminación de estas características, porque el derecho fundamental de poder circular por todo el territorio nacional puede ser limitado, como ya hemos comprobado a lo largo del último año, por motivos excepcionales, pero el sentido común indica que esas restricciones tienen que ser igual para todos hables el idioma que hables. De lo contrario, habrá que romper la baraja.

BEATRIZ CASTRO/Periodista