Economía circular y transición justa

La industria, como el conjunto de la sociedad gallega, vive, sufre, padece, apuesta, se beneficia –depende de quién citemos– del absoluto cambio de modelo económico hacia otro más sostenible, de la conocida como transición ecológica o energética, llamada a reducir nuestra huella ecológica con un fin último más que loable: poder seguir habitando en el planeta Tierra sin ser víctimas de una nueva extinción masiva. Porque el calentamiento global, las tan difíciles de frenar emisiones contaminantes a la atmósfera, nos abocarían a ello. Es, por tanto, imprescindible dar pasos para no acabar en un mundo inhabitable por nuestros malos humos. Que hay que tomar ese camino es un hecho, ahora bien, se puede hacer de forma abrupta y lesiva, con un cambio de ritmo que deje en la estacada a los sectores más afectados, o de una forma más pausada, con más sentidiño, para que todos sigamos en la carrera hacia la meta. La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, recibió este mensaje en su visita a Galicia del jueves tanto del titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, como del líder del PSdeG y presidente de la Deputación de A Coruña, Valentín González Formoso, así como de distintos alcaldes y empresarios ligados a las renovables. Porque Galicia es verde y piensa en verde, pero apuesta por el xuntos, máis fortes. Así ganamos todos.