Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

Feliz Navidad, con permiso de los pelmas de la UE

    COMPOSTELA inauguró el viernes las fiestas navideñas con el encendido, por parte del alcalde, de las tradicionales luces decorativas, algo que ya hicieron el regidor de Vigo y otros mandatarios gallegos y españoles en los últimos días. Las principales ciudades europeas también han estrenado ya sus bonitos mercadillos navideños, algunos con siglos de antigüedad, y cientos de localidades que comparten raíces cristianas han vuelto a llenar sus calles de guirnaldas de colores, árboles nevados, pistas de hielo, belenes y coros de villancicos, mientras miles de tiendas despachan sin parar regalos empaquetados. ¿Se trata de unas fiestas consumistas y ajenas a los valores verdaderos del cristianismo? Posiblemente, pero para millones de personas de todas las edades la Navidad sigue teniendo un significado muy especial que trasciende la simple escenografía y que rescata, por unos días, valores relacionados con la amistad, la unión familiar y el deseo de compartir alegrías y tristezas. Quienes aún creemos en el llamado espíritu de la Navidad, tan bien reflejado en películas como Love Actually, deberíamos estar muy pendientes de los proyectos que quieren poner en marcha ciertos cerebritos de la UE con el fin de, aseguran, convertir esta celebración en una fiesta “más inclusiva” y “menos excluyente”. En esa labor anda metida, por ejemplo, la comisaria europea de Igualdad, la socialista Helena Dalli, y los burócratas a su cargo, que están empeñados en adoctrinar a los ciudadanos para que empleen un lenguaje que margine menos a los residentes de otras creencias religiosas, de forma que no se sientan ninguneados en un entorno hostil. Para ello, la citada comisaria ya había elaborado un sesudo libro de instrucciones sobre cómo expresarse sin herir a nadie en estas fechas, en el que figuraban recomendaciones tales como evitar hacer alusión a la Navidad. Es mejor, explicaba, decir “felices fiestas” que “felices Navidades”, pues “debemos ofrecer siempre una comunicación inclusiva, garantizando así que todos sean apreciados y reconocidos independientemente de su sexo, religión u origen étnico”. La circular, al final, no salió de los despachos debido a la hilaridad que causó cuando el periódico Corriere della Sera publicó su contenido, pero la tal Helena Dalli sigue insistiendo en la misma idea. Los nuevos centinelas de lo políticamente correcto caen con frecuencia, como en esta ocasión, en el ridículo más absoluto, pero lo cierto es que tienen una enorme habilidad a la hora de imponer sus tesis a través de constantes lavados de cerebro. Así que, mientras nos dejen, deseemos “Feliz Navidad” hasta el hartazgo. Aunque solo sea por dar en las narices a los pelmas de la UE.

    05 dic 2021 / 01:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    Tema marcado como favorito