Lección aprendida y avance en dos años

CAMBIO IMPORTANTE Cuando en marzo de 2020 se decretó la situación de pandemia ante el imparable avance del corionavirus SARS-Cov-2, que provocaba una dolencia a la que denominamos Covid-19 todos, sirva el símil, teníamos las defensas bajas: los científicos desconocían lo que ocurría, los médicos no sabían a lo que se enfrentaban y los ciudadanos asistíamos atónitos al imparable avance de una enfermedad que se cobraba vidas y llenaba los hospitales de pacientes en penosas condiciones. No teníamos ni un medicamento ni una vacuna a la que poder agarrarnos. Una sociedad tan avanzada como la nuestra fue incapaz de prever lo que iba a ocurrir.

Aquella lección nos sirvió para tomar conciencia de lo vulnerables que somos y de las necesidades que tenemos. Eso nos permitió avanzar en prevención.

Este viernes, apenas dos horas después de que el conselleiro de Sanidade comunicara que se establecía una red de alerta para detectar casos de la viruela del mono, el sistema sanitario ya comunicaba la existencia de un posible sospechoso en nuestra comunidad. A partir de esa detección ya se activaron todos los mecanismos.

Un motivo más que suficiente para que esta, digamos, amenaza no altere nuestra vida ni nos alarme demasiado. Independientemente de la gravedad de la dolencia algo avanzamos y nuestra sanidad está preparada para responder ante cualquier tipo de dolencia. Ya no es como hace dos años.