Más protección para el casco histórico

controles La peatonalización del casco histórico, más allá de los debates sobre las alternativas para el aparcamiento, está claro que supuso un considerable avance en la protección del patrimonio histórico, y hoy en día sería impensable una zona monumental con atascos de tráfico en el interior como sucedía en los años ochenta. La cuestión es que tampoco es posible hoy en día suprimir totalmente la circulación, y el suministro de mercancías, o los desplazamientos de personas con problemas de movilidad requieren dejar abierta una puerta para que, de forma limitada, se pueda acceder a las zonas restringidas. Hasta ahora, los sistemas empleados para establecer este control requerían un considerable despliegue de medios que convertía los puntos de entrada en un conjunto de bolardos y otros elementos metálicos que no es que contribuyeran precisamente a mejorar la imagen estas entradas, por mucho que algunas se asemejaran a una auténtica barbacana de una fortaleza medieval. Las nuevas tecnologías, afortunadamente, permitirán cambiar la fisonomía de estas modernas puertas con sistemas más avanzados y de un reducido impacto visual. Es un primer paso, pero muy importante, para mejorar estos accesos, y ahora queda seguir trabajando en esta línea. Las nuevas cámaras permitirán también controlar la entrada de vehículos de gran tonelaje y evitar así los daños en el pavimento que tanto dinero cuestan al contribuyente todos los años. Esa es, sin duda, la gran asignatura pendiente, conseguir aligerar el reparto de mercancías, que garantice el abastecimiento de particulares y negocios, pero no a costa de tener que desembolsar todos los años una cantidad ingente de dinero para reponer un enlosado que es una de las señas de identidad de Compostela.