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Menos mal que aprendimos de Portugal

Ante el grave problema demográfico que padece Galicia, igual que buena parte del continente europeo, la Xunta se propuso convertir la comunidad “en el mejor lugar posible”, según su argumento, para aquellas familias que quisiesen tener un hijo. En esta línea se activaron diversas medidas como la Tarxeta Benvida, el Bono Coidado, las Casas Niño y la gratuidad de las Escuelas Infantiles. Cierto es que por muchos incentivos que puedan ofrecerse, al final hablamos de una decisión personal. La Administración no puede obligar a nadie a tener descendencia, faltaría más, aunque lo que sí puede hacer es crear el ecosistema oportuno. No molestar y poner la alfombra roja a aquellos que sí se decidan a hacerlo. Lo mismo pasa a nivel industrial, pues como es sabido crear oportunidades de negocio y puestos de trabajo no es labor de los gobiernos, sino de los emprendedores. Eso sí, cuando aparece gente dispuesta a invertir y generar puestos de trabajo, hay que dar facilidades en vez de generar problemas. Especialmente si al otro lado de la frontera nuestros vecinos lusos reciben con los brazos abiertos a quien instale una fábrica en su territorio. Ventajas fiscales, menos burocracia y terrenos a buen precio son las bazas que llevan años usando para hacerse atractivos a las multinacionales. Una política acertada, ante la que más que hacerle frente lo conveniente es imitarla. Así lo entendieron en San Caetano, desde donde se dio impulso el año pasado a la ley de simplificación administrativa y de apoyo a la reactivación económica, de la que ahora empiezan a recogerse importantes frutos. Reducir los largos y farragosos trámites del pasado a la mitad manteniendo las mismas garantías jurídicas, técnicas y medioambientales parecía una apuesta ganadora. Y el tiempo confirma que así fue, pues ya son una veintena de planes los que están sobre la mesa que suman una inversión superior a los 2.700 millones. Conserveras, plantas de aluminio, instalaciones bioenergéticas, elaboración de productos alimentarios o factorías de neumáticos forman el amplio abanico de planes empresariales cuyo desembarco se están gestionando por vía exprés y que además de dinamizar nuestro tejido productivo, quién sabe si también ayudarán a reactivar la decaída natalidad. En resumen, menos mal que aprendimos de Portugal.

28 nov 2022 / 01:00
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