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‘Sentidiño’, santo y seña de Amancio Ortega

    UN CAMBIO TRANQUILO. A una sociedad tan tradicional como la gallega le cuesta asimilar las modificaciones sin caer en la cuenta, como decía el filósofo Arthur Schopenhauer que “el cambio es la única cosa inmutable’. Si hay algo que nos demuestra la historia es que el sentidiño prevalece en todos los cambios que realiza Amancio Ortega. Muchos pensaban que el salto cuando decidió salir a bolsa era una locura, se cuestionó su decisión de prescindir del equipo dirigido por José María Castellano y hasta se calificó de sinsentido que apartara un poco para depositar su imperio en manos de Pablo Isla. El tiempo acabó dándole la razón. Castellano pilotó con éxito un proceso y lo que hizo su sucesor al frente de Inditex es para nota: pasó de las poco más de mil tiendas del holding hasta las 6.654 del último balance; recibió una empresa con un valor bursátil de 14.700 millones y la deja en los 88.200 esta semana; y lo que más impone, casi 150.000 puestos de trabajo. Pocos ejecutivos pueden presentar semejante balance en una intachable hoja de servicios. Como se ve, los cambios siempre supusieron una mejora, un gigantesco paso adelante, y en éste, más que en ningún otro, se nota la mano del fundador de la empresa y la imaginación creativa y una capacidad sin límites del hombre que estos últimos 16 años amplió su legado. Fue Pablo Isla quien se encargó de tutelar en primera persona a Marta Ortega, una de cuyas principales virtudes fue la de formarse dentro de la empresa partiendo desde abajo, siguiendo la estela de su padre para conocer desde la base las entrañas del gigante textil. Este relevo natural forma parte de un plan que Amancio Ortega tenía pensado y consensuado con Pablo Isla desde hace años y con los tiempos bien marcados. Leyendo entre líneas, en la primera entrevista que la nueva presidenta concedió este verano al Wall Street Journal, periódico referente en lo económico y los negocios, era fácilmente deducible que algo estaba cambiando en la sede de Arteixo. En ella aclaraba que su futuro estaba en Galicia y siempre a disposición que imponga esta empresa familiar. Hay una cuestión que tampoco debería pasar desapercibida. Si en el anterior cambio el fundador de Zara optó por fichar en el exterior, en el actual optó por un experto de la casa. No es cuestión baladí la elección como hombre fuerte de Óscar García Maceiras, un abogado y ejecutivo coruñés que desarrolló toda su carrera en nuestra comunidad, rodeado de un equipo comprometido y consolidado. Se cubrió una etapa, corren nuevos tiempos y el futuro sigue siendo esplendoroso para Inditex. Ya lo dijo Eduardo Galeano: “Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.

    01 dic 2021 / 01:00
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