Todo un ejemplo para aprender a aprovechar la vida al máximo
EN PLENA FORMA intelectual se mantiene el siempre optimista y trabajador infatigable padre Andrés Díaz de Rábago, quien acaba de ser nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Taipei a sus 103 años aprovechados al máximo. Reconocimiento más que merecido para este jesuita nacido en A Pobra do Caramiñal en 1917, licenciado en Medicina y que optó por la formación religiosa ingresando en la Compañía de María en 1940. Último sacerdote extranjero aún vivo ordenado en China desde la guerra civil entre nacionalistas y comunistas, llegó al gigante asiático en 1947. Cuenta con numerosas distinciones. Entre ellas, la concesión del Premio de Honor Gallegos del Año que le otorgó este periódico coincidiendo con la trigésima edición de estos galardones. Una gala en la que derrochó simpatía y bonhomía. ¡Enhorabuena!