Ya llovió (y eso fue otro problema)

santiago En Compostela hay temas ya clásicos, que acumulan muchos trienios a sus espaldas. Ya llovió (y eso fue un problema para la contaminación de la cuenca del Sar), desde que se empezó a hablar de que la depuradora de A Silvouta se estaba quedando pequeña, y pensemos que era cuando la Xunta acababa de instalarse en Santiago. Tiempos después, cuando Isabel Tocino era ministra de Medio Ambiente, se organizó incluso (en plena campaña electoral de las municipales a finales de los noventa), una visita oficial en la que se prometió la construcción de la nueva estación depuradora. Entre medias, hubo varios proyectos, incluso cambios de localización, y varios estudios de impacto que solo impactaron en los titulares de la prensa. El resultado es que durante todos estos años la ciudad continuó creciendo, al igual que los problemas de contaminación de una cuenca que afecta a muchos municipios. Ahora por fin, casi tres décadas después parece que el proyecto está encaminado, aunque todavía quedan varios años para que se pueda hacer realidad y por fin las aguas residuales de la capital de Galicia puedan tener el tratamiento que se merece, por el bien de la ciudad, y de los municipios situados más al sur. Una instalación de este tipo puede no tener la vistosidad de una nueva estación Intermodal, o de un vial que solucione los problemas de atascos como es el caso del Orbital y el Orbitaliño, pero su correcto funcionamiento tiene quizás más importancia, porque de él depende la calidad del medio ambiente. Han sido muchos los años en los que la falta de capacidad de las instalaciones han obligado a desviar directamente al río aguas no totalmente tratadas, y ese tipo de problemas, a la larga, acaban teniendo un coste muy elevado, que precisamente acabarían pagando las nuevas generaciones, a las que están dedicadas los fondos puestos en marcha por la Unión Europea y que servirán para hacer realidad la instalación.