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20-21

    ÉRASE una vez un año en el que aprendimos a teletrabajar, a acondicionar nuestros hogares para otros usos y a descubrir rincones de casa que no sabíamos ni que existían. Un año en el que reinventamos mil y una formas de entretenernos; en el que dimos rienda suelta al chef que llevábamos dentro; en el que disfrutamos como nunca de nuestros balcones y terrazas, y en el que aprendimos el significado de la palabra convivir, al menos a tiempo completo. Y comprendimos que no era fácil. Como tampoco lo fue transformar las quedadas en videollamadas, aprender a sentirnos más cerca aun estando lejos, cambiar las barras de los bares por las terrazas, o convertir el hall de nuestras casas y nuestros bolsos en boxes y kits de desinfección masiva.

    Érase una vez un año en el que la mascarilla, el gel hidroalcoholico y el confinamiento llegaron a ser trending topic; en el que nos tocamos menos que nunca, nos distanciamos más que nunca y nos lavamos las manos como nunca; en el que volvimos a comprar levadura para hacer pan y aprendimos a consumir por internet... ¡Mira tú si no fue un año de contrastes! Pero, ¿sabes qué? También fue el año de los súper memes y de las grandes frases. A mí me gustaría cerrar 2020 con algunas de las segundas...

    En 2020 comprendimos la importancia de aprender a vivir con incertidumbre; que cada vez que sientes miedo es una nueva oportunidad para superarte; que en los tiempos duros es en los que se forjan las personas fuertes; que si no haces algo que puedes hacer el dolor es brutal porque te sentirás traicionado; que el héroe y el cobarde sienten lo mismo, pero que la virtud del primero está en saber sobreponerse al miedo y en ser capaz de actuar... ¡Cuántas personas héroes nos deja este año que hoy termina!

    En 2020 nos reinventamos; aprendimos a ver oportunidades en medio de las amenazas; a dar gracias por todo lo que tenemos; a enfocarnos en conseguir lo que queremos en vez de procurar evitar lo que tememos; a perseguir la felicidad tratando de dormir sin miedo y de despertarnos sin angustia. ¡Y no fue fácil! Para mi quizá menos, porque vivo en el Campo de la Angustia.

    2020, sin duda, nos quitó muchas cosas. Pero también nos dio otras. Quedémonos con ellas. Porque cuando esta noche Nacho Cano abra el 2021 en una Puerta del Sol vacía, mi deseo es que todos los españolitos, enormes, bajitos, recordemos, por una vez, algo a la vez: que la diferencia entre nuestra peor y nuestra mejor versión está en nuestra actitud. Así que en 2021 recarguémonos todas y todos de actitud positiva. ¡Feliz Año Nuevo!

    31 dic 2020 / 00:00
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