Admirable Fundación Andrea

SON tiempos difíciles, especialmente para las familias más vulnerables. Además, si a la inflación desbocada, al encarecimiento de la cesta de la compra, a la subida del precio de los carburantes, y al auge de las facturas de la luz y el gas, le añadimos los gastos que acarrea afrontar una enfermedad de larga duración, crónica o terminal, la consternación de muchos núcleos familiares alcanza cotas inimaginables.

Y si esta dolencia, además, afecta a los más pequeños de la casa, a sus hijos e hijas, la desesperación se hace todavía mayor. De ahí la relevancia de instituciones como la Fundación Andrea, cuya labor deviene esencial para paliar el sufrimiento tanto de esos pequeños, como de sus progenitores.

El impacto de la pandemia en la atención de las graves dolencias, unido a la crisis económica, y a los efectos de la guerra en Ucrania, han hecho mella en una sociedad cada vez más frágil y necesitada de respuestas integrales; sobre todo cuando se trata, como digo, de afrontar el sufrimiento y las facturas asociadas a una dura enfermedad.

Pues bien, la Fundación Andrea, que con tanta diligencia y entrega preside Charo Barca, ha tenido todo esto en cuenta a la hora de no sólo no bajar la guardia ni aminorar la marcha, sino de hacer todo lo contrario; es decir, de redoblar sus esfuerzos, su laboriosa atención, y su compromiso con las familias más castigadas de un contexto geográfico cada vez más amplio.

Si las carencias de esos niños, o de sus afanados padres, tienen que ver con cuestiones de alojamiento, ahí está la Fundación, contribuyendo con sus acogedoras Casitas, con sus 20 camas, y con ese amparo mostrado a casi 200 familias sólo en estos últimos y difíciles meses. Si el problema surge de las dificultades de desplazamiento a hospitales para tratar las enfermedades, la Fundación sale en su auxilio con ayudas de viaje y estancias incluso en Madrid o en Barcelona.

Si de lo que se trata es de atender las necesidades más básicas, enseguida aparece la Fundación para cubrir esas carencias con cientos de becas de manutención y material educativo. Y si el contratiempo deriva del coste de los tratamientos médicos, la institución, como ha hecho este año en medio centenar de ocasiones, adjudica donaciones para sufragar desde sesiones de fisioterapia y psicoterapia, hasta gastos de medicamentos, o equipamientos ortopédicos.

Por eso somos tantos los que celebramos sus nuevos convenios de colaboración con la Xunta, el Concello, o el IDIS del CHUS; aplaudimos los galardones otorgados por las fundaciones Mapfre e Inocente, Inocente 2022.; y deseamos aportar nuestro granito de arena colaborando a través de la web multiplicandosonrisas.com, y acudiendo el próximo 26 de noviembre al Pazo de San Lorenzo para asistir, con ilusión, a su siempre entrañable Gala de Navidad.