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Reseña Musical

“Arañas e insectos”: A. Roussel, entre Gubaidulina y Debussy

    Obra de mención será el “Impromtu”, de Sofía Gubadulina, composición para flauta violín y orquesta que escucharemos a la “RFG” en el Auditorio-20´30 h.-, de Galicia, dirigida por Marcena Diakun, destacando como solistas Laurence Blaiteau y James Dahlgren, tras haber seguido una rareza de C.Debussy, la “Sinfonía en Si m.”, composición de juventud por la que no sentía aprecio alguno. Perdida y postergada, sobrevivió en el tratamiento para dos pianos, llevado al disco, pero lo que recibiremos, será el planteamiento orquestal que de ella realizó Tonny Finno, arreglista ocasional y que recibió asesoramientos de Rudolf Schramann, en Nueva York y de Frederick Werle en el “Mannes College”. Uno de esos profesionales bregados en las llamadas músicas incidentales, en especial centrada en los media, desde la tv a los géneros de entretenimiento e incluso la publicidad en un abanico considerable. De su oficio, se beneficiaron artistas como Liza Minnelli, Bette Middler o Tony Bennet y Winston Marsalis. Sus trabajos frecuentes, suenan con frecuencia como fondo de bandas sonoras de productos comerciales que nos entran de forma solapada. Lo que quede de la obra de Debussy, resultará ciertamente chocante: nada que ver con “La Mer”, “Iberia” “Images” o “Jeux”.

    Sofía Gubaidulina, otro percal muy diferente con “Impromptu”, que defenderán nuestro apreciados Laurent Blaiteau y James Dahlgren.” Ambos coincidieron en el programa del “20 Aniversario de la RFG “, interpretando obras de J.S.Bach, dirigidas por Helmuth Rilling. Laurent, por su cuenta, estrenó con J.V.Faus, el estreno del “Concierto para flauta y percusión y cuerdas”, del Suizo Daniel Schnyder. El flautista estudió con Jean-Claude Gérard, en Stuttgart y Maxence Larrieu, en Ginebra, completando posteriormente con Alain Marion, Auréle Nicolet y Patrick Gallois, participando en música de cámara con S.Azzolini, J.C. Gérard, Ulf Rodenhauser o Ingo Gortiziki, Es miembro fundador de la “RFG” y profesor de la “EAEM”, al igual que su compañero James Dahlgren, concertino honorario de orquestas como la “Nacional de Oporto”, la “Metropolitana de Lisboa” y fue invitado por la “London P.O.”, la “Royal Liverpool P.O.”, entre otras. Fue premiado por el “Concurso Int. María Canals”, de Barcelona y en más de una ocasión dirigió a nuestra orquesta, de la que es concertino desde 2005.

    La directora polaca Marzena Diakun, fue alumna de Mieczyslaw Gawroski, en la “Ac. Karol Lipinski Wroclaw” y de Uros Lajovic en Viena. Fue galardonada en certámenes como el “Donatella Flink”, el “Primavera de Praga”, o el “Int. de Dirección Lutoslawski”. Fue becada por la “O.S. de Boston”, para el Festival de Tanglewood y por la “Taki Concordia Marin Alsop”. Dirigió formaciones como la “Suisse Romande”, la “Liverpool P.O.” y la “Prague S.O.”, ejerciendo cargo similar en la “OSPA”.

    Sofía Gubaidlina, recibió el premio “Fronteras del Conocimiento BBVA”, de 2017, por su trayectoria creadora, y su relación indirecta con nosotros, podía ser el registro de la “Passion und Auferstehung Jesu Christi nach Johannes”, realizada por Helmuth Rilling, con la “Radio Sinfonienorchester Stuttgart des SWR”, para el sello “Hanssler”, con los “Gächinger Kantorei Stutttgart” y los solista elegidos. Participó en una de la citas del “Encuentro de Música y Academia de Santander”, que dirigía Paloma O´Shea, en el que ofreció su “Am rande des Abs grunds”, para ocho chelistas, un instrumento sobre el que le gusta indagar. La “ONE”, le dedicó uno de los ciclos “Carta Blanca”, en el Auditorio Nacional, destacando obras como “The Deceitful Face of Hope and Despair” (para flauta); “In tempus praesens”, con Anne-Sophie Mutter; “Stimmen.. verttumen”, un encargo de Rozhdesventski. Compositora condenada a sufrir cotidianos enfrentamiento con los poderes fácticos, comenzó a componer en 1954, tras su llegada a Moscú, donde tuvo como maestros a Nikolai Peiko y Vissarion Shebalin, ambos discípulos de Dmtri Shostakovich, uno de los músicos que estarán presentes en su trayectoria

    A partir de 1963, sus obras comenzarán a gozar de una aceptación general, con proyectos como las cantatas “Noche en Menfis”, sobre textos funerarios del antiguo Egipto, traducidos por Anna Akhmatova; “Rubayat”, inspirada en antiguos poetas persas (entre ellos Omar Khayam); “Cuento de hadas”, pequeño compromiso de encargo y que dio a conocer Maxim Shostakovich, en 1971; “Rumor y silencio”, para percusión, clave o celesta; la pieza organística “Luz y oscuridad”, “Puntos y líneas en zigzag” o “La hora del alma”, sobre poema de Marina Tsvetaieva, que someterá a revisiones, en un momento de profundas evoluciones en su carrera. Será “Offertorium “, obra primordial de 1977, la que resulte un asentamiento definitivo en sus planteamientos espirituales o el “Cantico del Sol”. También para solistas, destaca “Rejoice!”, dedicada al violín y al chelo, en atención de Oleg Kagan y Natalia Gutman. Conocer a Shostakovich, marcó su carrera, precisamente en la ampliación de miras de la escuela rusa, en la búsqueda de otras raíces étnicas y folklóricas.

    Albert Roussel y “El festín de la araña”, en la forma habitual de suite orquestal, procedente du un ballet-pantomima, de 1912, y estrenado en el Teatro de las Artes parisino, al año siguiente, con un éxito absoluto, elaborado sobre un cuento del conde Gilbert de Voisins; una historieta sobre una pérfida araña con su trampa-tela, que acabará siendo devorada por una mantis religiosa. Bien parada sale la suite como pieza de concierto, partiendo de un “Preludio”, que nos pinta un jardín colorido, cincelado por un solo de flauta, antes de “La llegada de las hormigas”, de paso marcial y alegre temperamento, redondeada por la “Eclosión”, la “Danza” y los “Funerales de la efímera”, no menos resolutiva en su desenvoltura, en la que se confabulan los detalles de la celesta, el arpa y el violín solo. Unos “Funerales” en los que el corno inglés, a medias con el clarinete, encauzan el final hacia la “Caída de la noche, que nos traslada a la pastoral del “^Preludio”, en un apacible claro de luna. Por lo que pudiera sospecharse, la obra no muestra debito alguno con las influencias impresionistas en boga y sí deja detalles de un puntillismo efectista.

    12 nov 2020 / 00:00
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