Beriain: un héroe tranquilo

A David Beriain lo asesinaron en su trabajo de periodista cuando hacía un reportaje sobre caza furtiva en Burkina Fasso. Se presentaba como ‘un navarro cabezón’, que montó la agencia 93 Metros. En ella produce reportajes audaces sobre náufragos a la deriva, mafias, carteles narcotraficantes, pero el nombre de la agencia lo tomó de los noventa y tres metros que su abuela recorría a diario desde su casa hasta el banco de la iglesia, en Artajona, desde donde sostenía el mundo con su oración y sus lentejas.

“Uno es grande si sabe descubrir lo grande, aunque él sea mediocre”. Es una de las sentencias que recojo de David Beriain en la charla TEDx que usted puede ver en su móvil vía youtube.

Tipos como Beriain enriquece a los talentos medios, que somos los más. Vamos a hombros de gigantes y desde ellos vemos más lejos en conocimiento del mundo. Edmund Hillary y el sherpa Tensing me subieron al Everest; con Thör Hyderal atravesé el Pacífico en canoa; los récords olímpicos sacuden mi poltronería; los misioneros me hacen mejor urbanita. En línea con Svetlana Alexiévich hurgaba en vidas menudas que revelan asuntos graves. Beriain tenía un aspecto rudo pero comprobé que su alma era refinada; era un hombre de pueblo y fue a morir al África interior, como un explorador, como un misionero, espíritu grande.

Siendo él activo, enérgico y valiente, lo admiro yo que soy pasivo y cobarde.

Me conmueven Beriain, su vida y su muerte. Era un echado p’alante, un chico feo de pueblo con ojos, oídos, pensamiento y atención para la gente pequeña. Soy un burgués de mesa puesta en calle alcantarillada, noventa y tres metros. Por eso admiro a Daniel: magnánimo y arriesgado más de lo que yo soy; y era además humilde y enamorado. Puede descubrirlo en ‘Historias grandes, ojos pequeños: David Beriain. TEDxUniversidaddeNavarra’.