Cambio de edades
EN el siglo XIV Europa perdió un tercio de su población debido a la llamada peste negra, que se propago rápidamente sobre todo en Alemania y Norte de Italia, proviniendo de Asia. La escasez de mano de obra en la diezmada población, repercutió en la organización económica y social, agudizo el ingenio (innovación) para paliar esa carencia en los sectores agrícola, comercial y manufacturero.
En los dos siglos posteriores se sucedieron los sucesos que acabaron por marcar la transición de la Edad Media a la Moderna. El descubrimiento de América y la consecución de la vuelta al mundo, ampliaron los horizontes de Occidente con una visión más global y dieron lugar a profundos cambios económicos, sociales, culturales y políticos.
Al mismo tiempo apareció la necesidad de una renovación religiosa, no sin grandes conflictos, impulsada por Lutero, Erasmo, Ignacio de Loyola, Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. Por otra parte, Copérnico, Kepler y Galileo cambian la percepción que se tenía de la Tierra como centro del Universo dando lugar al nacimiento de la Ciencia Moderna, donde la observación y la experimentación son las claves de su metodología.
Al mismo tiempo, surge el Renacimiento, movimiento cultural que se refleja poderosamente en la Literatura y en el Arte y en la actitud del hombre frente a la naturaleza. La autonomía del hombre, que se siente dueño de sí, marcándose sus propios objetivos y dándose sus propias normas. La autonomía del hombre aparece como la experiencia básica que articula todo el movimiento de la modernidad. En este tiempo se marcan las fronteras entre el mundo cristiano y el musulmán y otomano a través de las correspondientes guerras donde Granada, Constantinopla y Lepanto son nombres claves.
Parecidos a muchos de los fenómenos cruciales del cambio de Edad Media a Moderna se están dando en la actualidad. La globalidad traída por internet, móviles, facilidad de transporte y toda la revolución que traen consigo las tecnologías de la información y comunicación, así como el paso de lo analógico a lo digital, son equivalentes al descubrimiento de América, en cuanto han cambiado las perspectivas de la humanidad y su manera de relacionarse.
Por otra parte, los impresionantes avances de la Física y de la Biología desde finales del siglo XIX han cambiado la concepción del Universo, así como la vida de las personas, empezando por su salud y su esperanza de vida. Otra revolución de nuestra época es el camino hacia la autonomía de la mujer, en paralelismo con la autonomía del hombre que señalábamos en el paso de edad Media a Moderna.
La pandemia que padece el mundo hoy en día, que nos ha hecho ver nuestra fragilidad y vulnerabilidad, es equivalente a la peste negra, aunque afortunadamente el número de muertes y porcentaje sobre la población es muchísimo menor en la actual. La pandemia puede acelerar la renovación espiritual, favorecida por la conciencia más universal sobre la sostenibilidad y supervivencia del planeta. La globalidad de la información también nos ha acercado el dolor del tercer mundo y la respuesta mediante una compasión activa que está en sintonía con esa renovación espiritual.