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Ciegos por no querer ver

    AUNQUE no nos guste la realidad, es necesario conocerla para poder mejorar las políticas públicas en aras de una mayor eficacia y eficiencia. Para ello son de utilidad la evaluación y análisis económicos en base a métodos científicos que nos aproximen a los efectos que se derivan de una determinada decisión.

    Elevar el Salario Mínimo Interprofesional es una de esas medidas que siempre genera controversia en el debate político y académico, puesto que sus consecuencias suelen ser múltiples, complejas y de signo contrario (podría beneficiar a algunos, pero también perjudicar a otros). Precisamente se ha desatado la polémica esta semana a raíz de la publicación de un trabajo realizado por seis de los mejores investigadores en materia económica en nuestro país dentro de la serie de Documentos Ocasionales del Banco de España donde se evalúan los resultados que produjo la subida del 22 % del SMI en 2019.

    Curiosamente, tanto la defensa como la crítica al informe se han basado en falacias ad hominem, muñecos de paja e ideas preconcebidas, sin dedicar un solo minuto a la lectura del informe. Para empezar, ni el Banco de España ni los autores se posicionan a favor o en contra de subir el SMI, simplemente se dedican a analizar el efecto de la subida aprobada hace dos años. De hecho, en la propia introducción indican que “podrían existir argumentos de mejoras en la equidad que podrían compensar el incremento de desempleo”.

    La metodología que usan los autores es la denominada como diferencia-en-diferencias, a través de la cual observan el comportamiento en las transiciones empleo-desempleo entre los trabajadores que percibían salarios por debajo del SMI fijado en 2019 en diciembre de 2018, en comparación con el comportamiento para otros grupos de trabajadores de características similares pero que, en principio, no estarían afectados por la subida del SMI.

    El resultado sería que para los trabajadores afectados del régimen general que han trabajado a tiempo y mes completo se habría incrementado la probabilidad de perder su empleo ente 2 y 3 pp. Además, aumentarían las probabilidades de pasar a trabajar a tiempo parcial o de trabajar por cuenta propia. También habría efectos entre los que no estaban trabajando, puesto que la probabilidad de encontrar un empleo se reduciría de manera significativa, sobre todo entre los más jóvenes.

    De los datos descriptivos puede interpretarse que otra parte de los trabajadores podría estar obteniendo una mayor remuneración gracias a la subida del SMI (las afiliaciones entre 1.051 y 1.250 euros aumentaron en 200.000). Dice el dicho que no hay más ciego que el que no quiere ver. Si renunciamos a la verdad, por mucho que no sea de nuestro agrado, renunciamos a mejorar las políticas públicas y, por tanto, a nuestra prosperidad.

    11 jun 2021 / 01:00
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