Ciudades saludables y sostenibles
LA ciudad es un ente vivo, cuya dinámica nunca se detiene, debe ser pensada y conducida por las sendas de la modernidad y la sostenibilidad. Las ciudades, como espacios naturales modificados y construidos para servir de hábitat a la especie humana, demandan una atención especial, a través de un sistema de monitoreo permanente e intervenciones oportunas para hacerles frente a los factores degradantes y saber manejar de forma inteligente los desafíos de los cambios globales del clima, con la finalidad de garantizar la salud ambiental y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Debemos estar vigilantes a corto y medio plazo ante posibles riesgos emergentes a causa del cambio climático, y al mismo tiempo reforzar la vigilancia y el control de los riesgos tradicionales: el aire que respiramos, el ruido ambiental que percibimos, las radiaciones electromagnéticas a las que estamos sometidos, el agua que bebemos, los alimentos que ingerimos, la gestión de residuos, la protección y conservación de las zonas verdes y el paisaje que contemplamos y disfrutamos.
Estamos en un proceso de transición energética que no tiene vuelta atrás, de ahí la urgente necesidad de impulsar el uso de las energías renovables, la movilidad sostenible y el vehículo eléctrico de cara a minimizar los problemas de contaminación atmosférica en las grandes ciudades, y con ello mejorar la calidad del aire, la calidad de vida y proteger la salud de los ciudadanos (según la OMS cada año mueren 7 millones de personas a causa de la contaminación del aire).
La salud no es solo la ausencia de enfermedad, es un estado de completo bienestar físico, mental y social (OMS). Es fundamental la capacidad de adaptación del individuo al medio en el que vive, en la búsqueda de esa armonía tan necesaria entre la salud orgánica, la salud mental y la salud social (relación con los demás en el trabajo, en la familia, etc.), sin olvidar el componente espiritual, ya que es una pieza clave de cara a alcanzar esa paz de espíritu y ese equilibrio tan necesarios, que nos hagan sentirnos bien con nosotros mismos y a la vez poder ser útiles a los demás.
Cada vez se hace más necesario fomentar los entornos saludables en las ciudades para promover salud en la población, para lo cual resulta imprescindible la ampliación de calles peatonales en el casco urbano de las ciudades, y de zonas verdes (parques y jardines), con la finalidad de que los ciudadanos puedan estar más en contacto con la naturaleza y poder contemplar la riqueza florística, faunística y paisajística; relajarse para desconectar de la lucha diaria que provoca el exceso de estrés, además de punto de encuentro para el diálogo y la relación social, que en esta pandemia se nos ha privado justificadamente para evitar la propagación del virus, y que de momento no nos va a quedar más remedio que seguir manteniendo las medidas de protección individual y distancia social, hasta ganarle la batalla al virus.
Es de esperar que más pronto que tarde se acabe esta maldita pandemia y vengan nuevos tiempos que nos permitan volver a recuperar la normalidad, aunque ya nada será igual que antes.