Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h

Concheiros

    TENGO que reconocer que esta semana estoy mucho más relajado. Y es que cuando uno tiene la suerte de vivir en una gran ciudad y puede caminar por sus cuidadas calles, uno se siente un afortunado. ¿Lo han probado? ¡Experiméntenlo! Los pequeños placeres de la vida son los que le dan sentido.

    Les invito, por ejemplo, que prueben a recorrer Concheiros en los próximos días con su coche. Desde que se puede, yo lo hago a diario. ¡Qué gran obra! ¡Qué arte en el mobiliario, en su ubicación, en la ejecución y en el maridaje del tránsito! ¡Cómo se nota que tenemos unas instituciones y un Consorcio preocupado por el bonitismo de nuestra ciudad! Eso sí. ¿Quién dijo que no iba a valer la pena la espera?

    Es enfilar la rotonda de la Avenida de Lugo, a la altura de la antigua estación de autobuses, y notar como la calma empieza a invadir todo tu cuerpo. A lo lejos, allí donde Rodríguez de Viguri pierde su noble nombre, unas líneas de luz en el suelo te deslumbran. ¡La Ciudad de la Luz!, piensas mientras sueltas ansioso el freno de mano.

    Pero no. Es llegar a diez metros y la duda te invade. ¿Cruzar sobre un lineal de luces rojas? ¡Qué moderno! Si es que siempre hemos estado a la vanguardia. Por algo se nos llamaba los Estados Unidos...

    Comienza la aventura. ¿Por dónde entrar? Es tanto el derroche de luces lineales bermellonas, que un poste impostado entre dos árboles te deja libertad para embocar la calle por la derecha o enfilarla por la izquierda. Es el sino de los tiempos, supongo. Y es que la alienación de tener que estar sometido al trazado de un carril convencional ya no se lleva. Eso sí. ¡Cuidado no te relajes en exceso mientras disfrutas de esa sensación de libertad porque, a veinte metros, puedes llevarte por delante la primera mesa de la terraza del Tabacos! Menos mal que la acera podría actuar coma quitamiedos. Y digo podría, si existiera. Porque toda la calle, por igual, está a un nivel. ¿Es o no es una metáfora de transversalidad? ¡Qué sutileza! ¡Qué buen gusto! ¡Qué glamour para el final del Camino! ¿No creen?

    ¿Y qué me dicen de esos bancos a pie de calle, a derecha e izquierda, estratégicamente colocados para fusionarse con los coches en un zigzageo harmónico de elementos de ciudad bosquejados por esa naturaleza híbrida que brota a pie de cada banco, componiendo una estampa circular digna de una ciudad histórica, patrimonio y sostenible? Poco me parecen dos años de obras para tanta belleza.

    09 jun 2022 / 01:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    Tema marcado como favorito