Conteniendo la respiración

...PORQUE de la guerra de Ucrania puede venir un sofrito atómico que lleve por delante pueblos y vecinos. Los fautores de la paz nos oponemos al sátrapa y será nuestro el desenlace final. Participé el viernes en el encuentro con ortodoxos ucranianos en la iglesita de Santa Susana/Alameda y cantamos el Evenu shalom judío y rezamos por la conversión de los tiranos.

A la vez respiramos a diario el aquí y ahora de la ciudad: pensar global, actuar local. Es aquí donde hornean el pan que como y del Tambre viene el agua que bebemos. En Kiev amanece un día frío y desabastecido y en Compostela con el sol haciendo guiños.

Escribo en lunes, divago; no sé qué habrá cuando usted lea esto el miércoles, vivimos al día y cada día tiene su afán, alguna miseria, algún momento alto.

Se anuncia el documental El Camino interior en el que dieciséis tipos con proyección pública hacen una etapa del Camino francés mientras hablan de sus realizaciones humanas, sociales, deportivas, que son estimulantes para quienes las conocemos. Los ciudadanos pequeños apreciamos conocer a quienes persiguen objetivos altos. Sin envidiarlos, con gana de imitarlos hasta donde podamos.

No conocía a Miguel Ángel Tobías, el productor del documental que se presenta mañana, ni su nombre ni sus programas. Es de cámara al hombro donde hubo devastaciones: Nepal, Haití, Sahara. Repaso sus intereses: además de su trabajo como productor, imparte charlas en universidades, en congresos y empresas sobre derechos humanos, solidaridad, liderazgo, dignidad, creatividad y emprendimiento. Son seis y los comparto todos y el que más esa escurridiza Dignidad que nos acompaña y obliga; él sabe divulgarlos a gran audiencia en los medios; yo intento divulgarlos desde este papel.

Cada día tiene su afán y su espacio de superación; en Kiev a cero grados, en Santiago a diez sobre cero, ellos con hambre y armas, nosotros con pan
y lana. Conteniendo el aliento e invisiblemente unidos.