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Cosas de los Estados Unidos

    ANTAÑO San Pedro, Concheiros y sus aledaños eran conocidos como los Estados Unidos. Y paseando estos días por sus calles pensaba: cierto es que EEUU es un territorio extenso en el que cabe de todo. Pero en el último año no me van a negar que, del cruceiro de San Pedro para abajo, Concheiros incluido, la zona parece más bien la franja de Gaza. Y le llamo franja por ser bueno. Porque entre fochancas de obra es difícil medir más de un palmo sin encontrar una grieta en la que doblar un tobillo o dejarse los dientes.

    Sí. Ya sé. Las obras tienen que hacerse y para que las ciudades progresen se necesitan reformas. Pero las buenas obras tienen un principio y un fin. Y a poder ser, coherentemente estipulado. Lo que no es de recibo es que una calle lleve levantada una eternidad y siga dando la impresión que todo continúa manga por hombro. No olvidemos que la obra empezó a ejecutarse para estar acabada a comienzos del Año Santo y yo creo que ni con la prórroga de 2022... ¡Parece que se la han encargado al amigo de la persiana del Monaguillo!

    Y así estamos. Los comerciantes sin poder vender. Los restauradores sin poder atender bien a sus clientes. Y los vecinos sorteando un sinfín de obstáculos día tras día. Da igual que vayas a pie o en coche porque, como diría Forrest Gump, el barrio es como una caja de sorpresas: nunca sabes lo que te va a tocar.

    Sin ir más lejos, iba ayer en coche por de San Roque cuando me di cuenta que me había dejado algo en la Angustia. Tuve que bajar por San Pedro, girar hacia Belvís, atravesar Quiroga Palacios, recorrer media Avenida de Lugo, primero hacia abajo y luego hacia arriba. Y al llegar a la rotonda de la antigua estación de autobuses, aún me quedaba avanzar por la Rúa de Home Santo en dirección contraria hasta llegar a la Angustia. Me canso hasta de escribirlo.

    ¿Y saben lo peor? Que en unos días probablemente me llegue una notificación de multa por haber circulado por la Rúa de San Pedro sin que a la cámara de vigilancia le conste que la matrícula de mi coche es la de un residente de zona 3 de toda la vida que paga todos sus impuestos, tarjeta de residente incluida. Y no será por las veces que se lo he dicho.

    Ahora bien. Puede estar un coche sin tarjeta aparcado media vida en zona de residentes que nadie lo quita. Por el contrario, tenemos la enorme suerte de ver como cada día hordas de peregrinos incumplen las normas a grito pelado por nuestras calles. Dejar no dejan mucho dinero en el barrio, pero nos aportan un cosmopolitismo... ¿Será “ese no sé qué” el que nos acerca a los Estados Unidos?

    21 oct 2021 / 01:00
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