¿Cuándo acabará esta pandemia y qué pasará después?
ES muy difícil saber con seguridad cuando acabará esta pandemia, su final tendrá mucho que ver con que la incidencia acumulada sea muy baja y la letalidad irrelevante; ha perdido protagonismo a nivel mediático y en el ámbito político (con la llegada de la primavera y ante la Semana Santa, al Gobierno no le interesa rastrear tanto para que la incidencia sea menor de cara a incentivar el turismo y la economía) debido: a/ la variante ómicron es menos letal que las anteriores y el alto grado de inmunización de la población; b/ la invasión de Rusia en Ucrania.
Hay quienes estamos convencidos de que la amenaza sigue ahí ante la más que probable llegada de una nueva variante que pueda eludir las vacunas que se están aplicando en la actualidad y lo complique todo, de ahí que es necesario disponer de una vacuna universal eficaz contra todos los coronavirus. Las vacunas actuales están contribuyendo a salvar vidas y evitar hospitalizaciones; así como los nuevos antivirales, que marcan un nuevo hito al evitar la enfermedad grave en pacientes en los que la vacuna no funciona, sin olvidarnos de los Ac monoclonales y de los corticoides.
Los países más ricos y desarrollados del mundo han sido los más castigados, ya que el epicentro de la pandemia ha sido Europa y EEUU. Resaltar la falta de consenso político y de unidad de acción a la hora de afrontar la pandemia. También los errores de gestión y los fallos de interpretación de la evidencia científica, cuando equivocadamente se estaba haciendo hincapié en las superficies, suelos, fómites y gotas grandes en la transmisión de la enfermedad, tras comprobar que la transmisión era por vía aérea “a través de aerosoles”.
En la medida que pueda llegar el fin de la pandemia y con ella la nueva normalidad habrá cosas que cambiarán y algunas se mantendrán. Fijando el fin de la pandemia en el horizonte del 2023, aunque queden algunos coletazos, me atrevo a avanzar algunos aspectos que se deberán tener muy en cuenta:
1. Lo más normal es que las mascarillas se utilicen en los hospitales y en los centros sanitarios, y también cuando estemos con un resfriado o gripe, para evitar contagiar a los demás y reducir la transmisión.
2. Habrá nuevas vacunas (destacar la vacuna esterilizante intranasal) para afrontar las nuevas variantes que lleguen y que escapen a nuestra inmunidad, programas de vacunación más amplios y generalizados. Revacunación a la población en riesgo (> 60 años) cuando surja una nueva variante.
3. Desde el ámbito político se tendrán que hacer reformas estructurales e invertir más recursos en salud pública a nivel global para poder afrontar con plenas garantías nuevas pandemias que seguro surgirán más adelante.
4. La gripe estacional, aunque nos haya dejado en paz estos dos últimos años, al haber sido desplazada por la covid-19, no debemos relajarnos, ya que puede volver a ser epidémica y dar problemas. Vacunarse es la mejor decisión para la población en riesgo.
5. El virus sigue ahí (tenemos transmisión comunitaria), se ha cometido el grave error de bajar la guardia (la desescalada prematura y eliminar restricciones y cuarentenas, abandonar el sistema de vigilancia, menos test; eliminar las estadísticas, notificaciones, informes de situación), craso error pensar que la mejor estrategia a seguir es la de convivir con el virus en vez de luchar contra él, puede conducirnos a que se produzcan contagios masivos y rebrotes de cierta magnitud (fundamentalmente en no vacunados, y en España tenemos a tres millones de personas sin vacunar y a una población infantil, que constituyen un reservorio importante susceptible de enfermar), si bien el impacto en los hospitales probablemente será menor gracias a las vacunas actuales y a los nuevos tratamientos disponibles.
El mejor ejemplo lo tenemos en la nueva variante ómicron (muy transmisible y más leve), que ha tenido un impacto tremendo a nivel mundial en cuanto a incidencia, si bien la letalidad ha sido 8 veces menor que hace un año, y aun así ha dejado en nuestro país cerca de 14.000 muertos en lo que va de 2022. El problema lo vamos a tener en el momento que con el paso del tiempo caiga la inmunidad en la población, la covid-19 ya no será tan leve y hará más daño.
6. Falta de seguridad jurídica para afrontar una pandemia. Se necesita una ley de pandemias que dé una respuesta única y que dote de seguridad jurídica a los ciudadanos.
7. La vida tiene que continuar, si bien hay que aprender de los errores cometidos para no volver a repetirlos cuando se vuelva a presentar –más pronto que tarde– una nueva pandemia. ¡Ojalá que para entonces estemos preparados!