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Cuando las reglas dejan de serlo

    REPASANDO el mundo de la ciencia y del arte, no es raro encontrarse con hechos que lo hicieron evolucionar, una vez alguna de sus normas fueron obviadas. Y lo fueron no porque a alguien le dio la gana, sino al observar que hay zonas de confort formal que se dan de bruces con la realidad. Eso le pasó a la Comisión Europea cuando relajó la regla del 3 % de déficit en la pandemia. Sin embargo, ¿tiene sentido retomarla dentro de cierto tiempo?

    Aquellos criterios de convergencia, para siempre
    ligados a la ciudad de Maastricht, no fueron diseñados en su día por sesudos eco-nomistas, armados de mo-delos sofisticados. Tres asesores de Mitterand fueron los que, en la esquina de
    una mesa de reuniones, le dieron al presidente una regla fácil con la que oponerse a los que eran partidarios de más fondos.

    En 1990, un grupo de trabajo presidido por Trichet, quien luego sería presidente del BCE, retomó el porcentaje, viendo que se correspondía con la media de los déficits públicos de la época. Luego se le vistió de una cierta coherencia objetiva y ha venido funcionando.

    Pero las circunstancias han cambiado radicalmente, de ahí la decisión comunitaria. Digamos, sin embargo, que la regla nunca fue muy respetada y siempre se encontraban razones para incumplirla, Francia y Alemania incluidas. Ahora ha sido puesta en sordina con toda justificación, pero la pregunta es: ¿se recuperará?

    Una cosa está clara, el retorno prematuro de esa regla comprometería la recuperación de las economías, como ha reconocido el propio comisario Paolo Gen-
    tiloni
    . Y tampoco es descabellado pensar que, tras la crisis, cuya duración será más larga de lo deseable,
    la Unión Europea vaya a revisar algunos de sus criterios, entre los cuales se encuentra el que comenta-mos, al objeto de luchar
    contra el desempleo y vigorizar el crecimiento.

    Repensar las reglas, no eliminarlas, es un buen camino para mejorar la gobernanza de la Unión. El mundo va a ser diferente, Europa también. Una zona euro con un exceso de ahorro, debería permitir un déficit mayor, sin riesgo de efecto expulsión del sector privado.

    Sin duda, las reglas presupuestarias han tenido la
    ventaja de su simplicidad y de su estabilidad en el tiempo, pero el futuro va a exi-
    gir una mayor sofisticación, sin que ello quiera decir
    que los políticos van a ac-
    ceder a la irresponsabili-
    dad de la barra libre, con la disculpa de cebar la bomba de la recuperación.

    23 sep 2020 / 00:00
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