De los pecados medioambientales no vale arrepentirse
EL estado actual del medio ambiente planetario es un condicionante de su bienestar sanitario y socioeconómico. En las últimas décadas, como consecuencia de la actividad antropogénica descontrolada, la industrialización y la urbanización, modificaron el medio ambiente y originaron problemas ambientales de primer orden, que es preciso corregir y/o minimizar antes de que sea tarde. Entre ellos, cabe destacar: el efecto invernadero y el cambio climático, la destrucción de la capa de ozono estratosférica, el transporte de contaminantes, la desertización, la pérdidad de biodiversidad, etc. Si bien todos ellos son importantes, es tiempo de actuar en la lucha contra el cambio climático, que definitivamente necesita un impulso si queremos salvar el planeta.
Tenemos que estar preparados para afrontar las posibles consecuencias del cambio climático, es necesario establecer una estrategia adecuada para afrontar el impacto de la variación del clima en las personas, sobre todo en las ciudades y poblaciones costeras que serán las más amenazadas. El cambio climático nos ofrece la oportunidad de implantar políticas sanitarias públicas que influyen en la consolidación de modelos sostenibles y hábitos de vida saludables. Aspectos como la planificación energética, la planificación urbanística y los cambios en los transportes (transporte ecológico: movilidad verde, coche eléctrico, etc.) serán algunas de las claves a tener muy en cuenta para adelantarnos a los acontecimientos y minimizar en la medida de lo posible sus consecuencias.
El cambio climático ejerce un impacto sobre la salud, por lo que está intrínsecamente vinculado a la salud pública, a la seguridad del agua y de los alimentos, a la de los movimientos migratorios, a la paz y a la seguridad. Es necesario un mayor nivel de compromiso por parte de los gobiernos de los 193 países que son miembros de las Naciones Unidas para combatir y mitigar los efectos del cambio climático como una cuestión determinante de la actualidad para reducir las desigualdades sociales. Hay que adoptar medidas urgentes para mitigar el cambio climático antes de que sea tarde y adaptarse a sus efectos es una cuestión moral, es algo imprescindible si queremos conseguir erradicar la pobreza extrema, reducir las desigualdades existentes y garantizar un desarrollo económico equitativo y sostenible.
En la protección y conservación del planeta tierra como mejor legado a las generaciones venideras, la raíz del problema está en la falta de equidad, justicia social y solidaridad, prevaleciendo los intereses de los países más ricos sobre los países más pobres, y con esa miopía institucional no vamos a ninguna parte. La lucha contra el cambio climático es un imperativo moral de toda la sociedad en su conjunto, ya que todos estamos obligados a colaborar en la defensa de la naturaleza y en la salvaguardia de la creación.
Es una cuestión de justicia social, de ética fundamental y de respeto por los derechos humanos y por la igualdad dignidad de todos los seres humanos. A ver si se enteran de una vez los gobernantes (crisis de liderazgos a nivel planetario, así nos va, y ahí me quedo...) que lideran la sociedad y se atreven de una vez a coger el toro por los cuernos o más pronto que tarde la madre tierra se revelará contra nosotros.