Democracia insatisfactoria
LA insatisfacción con el funcionamiento de la democracia en sus países es causa de que la mitad de los ciudadanos en el mundo muestren desafección hacia este sistema político que garantiza la separación de poderes y favorece la igualdad. La crisis económica de 2008, la frustración con la clase política que no ha sabido darle una respuesta adecuada ha traído como consecuencia el surgimiento y afianzamiento de los partidos de ultraderecha, el renacimiento de los nacionalismos, el retorno del autoritarismo a muchos países y el cuestionamiento de los valores que sustentan la democracia. El riesgo de que crezca esa insatisfacción es el fortalecimiento de los movimientos populistas.
Una encuesta realizada en treinta y cuatro países por el Pew Research Center ha puesto de relieve como los ciudadanos de cada región geográfica da más importancia a unos u otros valores en función de su pasado y de su idiosincrasia. A pesar del compromiso con los valores democráticos, el 52 % de los encuestados mundiales está insatisfecho con el funcionamiento de la democracia en su país.
El principal problema al que aluden para ese sentimiento es la clase política. En los treinta y cuatro países analizados, seis de cada diez piensan que los políticos no se preocupan por sus ciudadanos. Los europeos y los estadounidenses son los más frustrados con la clase política. Los ciudadanos del sudeste asiático confían más en sus líderes. El voto como mecanismo para cambiar gobiernos y políticas es fundamental para el 67 % de los ciudadanos, y en España este sentimiento se eleva hasta ocho de cada diez.
En cuanto a los valores democráticos que se considera prioritario defender, en los Estados Unidos, Europa y América Latina se da más importancia a la existencia de un sistema judicial que garantice la igualdad de todos ante la ley y que se dedique a combatir la corrupción política. Con respecto a la misma encuesta de hace cuatro años ha crecido la preocupación por la igualdad de género que es muy importante para el 74 por ciento de los encuestados
También en Europa Occidental, EE UU y Canadá, el 70 por ciento de los ciudadanos consideran prioritario la defensa de la libertad de expresión de prensa, de acceso a internet sin censuras. Sin embargo, el apoyo a estos derechos es menor en países de Europa del Este, y disminuye aún más en los países de Oriente Próximo, el Magreb, África subsahariana o Asia.
Del mismo modo, la libertad religiosa es prioritaria para un 68 por ciento. Pero en este caso las diferencias entre regiones son más significativas y quienes proceden de aquellas donde la religión tiene un mayor peso sus habitantes la priorizan con respecto a otros valores democráticos. En Europa, España, Polonia y otros países dónde la ultraderecha tiene cierta implantación son los más defensores de este derecho.