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Depresión infantil y juvenil

    La depresión no es exclusiva de los adultos, de hecho, esta enfermedad se está extendiendo cada vez más entre los adolescentes. Es un trastorno difícil de diagnosticar, y se caracteriza por sentimientos persistentes de tristeza, desánimo, pérdida de autoestima y falta de interés.

    La creencia errónea de que los niños son felices por naturaleza puede hacer que no se ponga toda la atención en los síntomas de alarma que el niño está mostrando.

    La cruda realidad es que la depresión, el estrés, los trastornos de la conducta alimentaria y la hiperactividad, empiezan a detectarse en los niños más pequeños.

    El comportamiento de los niños y adolescentes deprimidos es diferente al de los adultos. La depresión puede ser una respuesta transitoria y aparecer durante el proceso de maduración, por conflictos con los padres o como reacción ante un suceso estresante como una ruptura, fracaso escolar, no triunfar en las redes sociales etc.

    Los síntomas de un adolescente deprimido son numerosos, y pueden ir desde la tristeza, con apatía, falta de interés, estado de ánimo irritable; falta de apetito, insomnio, dificultad para concentrarse, baja autoestima... Los niños y adolescentes que se portan mal en la casa o en la escuela pueden estar sufriendo una depresión que enmascara su comportamiento.

    Se debe buscar ayuda cuando persisten, la tristeza, el llanto profuso, la comunicación pobre, la baja autoestima, culpabilidad o preocupaciones obsesivas sobre la muerte. Así como los cambios de conducta, deseos de estar solo, mal humor, trastornos del sueño o cuando entregan sus pertenencias más apreciadas a otros o amenazan con el suicidio. Los jóvenes no avisan con palabras pero si con acciones. ¡Nunca deberíamos ignorar una amenaza o intento de suicidio!

    Es normal que en un momento dado un adolescente presente un estado de ánimo deprimido, sin embargo si se le ayuda se puede evitar una depresión más severo. Educar a un niño o a un adolescente, requiere una mezcla de tolerancia, diálogo, firmeza, flexibilidad, muchísimo cariño y sobre todo una buena comunicación.

    Lo mejor que se puede hacer para ayudar a un adolescente deprimido, es hacerle sentir que se le quiere, que se le necesita. En un enfoque integra, se tendrá en cuenta la alimentación, en la que no deben faltar los hidratos de carbono complejos como cereales integrales, pasta, legumbres... y alimentos ricos en triptófano como el pescado, huevos, nueces, almendras, plátano, etc.

    Si deseas contactar conmigo, puedes hacerlo en consulta@otiliaquireza.com. Estaré encantada de poder ayudarte

    25 ago 2022 / 01:00
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