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Desprecio
letal

    QUE el Mediterráneo Central es una enorme fosa común no es ninguna novedad. Una tumba gigante similar a las que son el Mar Egeo o el Mediterráneo Occidental. A un lado de todos ellos Italia, Grecia y España. Al otro, Libia, Turquía y Marruecos, que son poco más que tres patas podridas, corroídas por la sal y la humedad, sobre las que es imposible que se apoye el banco de los Derechos Humanos. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos considera, de hecho, un “desprecio letal” la situación que se vive con respecto al flujo migratorio en las aguas centrales de este mar.

    Además de los miles de muertos en estos años, desde 2019 cerca de 27.000 personas han sido devueltas a Libia directamente por la Guardia Costera de ese país que, actuando en aguas que en numerosas ocasiones no están ni siquiera bajo su jurisprudencia, envían de vuelta a miles de migrantes directamente desde el mar, negándoles la posibilidad de solicitar asilo e incumpliendo sistemáticamente todos los tratados humanitarios.

    La organización que encabeza la expresidenta chilena, Michelle Bachelet, ha publicado un informe en el que se acusa directamente a la Unión Europea, especialmente a Italia y a Malta, de conocer e impulsar estas acciones con el objetivo de evitar que las personas lleguen a tocar tierra europea.

    Pero este no es ni el primer informe acusatorio que recibe la UE ni será el último. No hay más que ver lo que ha ocurrido recientemente en la frontera de Ceuta o las numerosas acusaciones a las guardias costeras griega y turca en los últimos años para entender que la autocrítica o la búsqueda de soluciones efectivas y garantistas para las personas no está entre las prioridades de una Unión que lava su conciencia a golpe de talonario con sus vecinos de la otra orilla del Mediterráneo e invirtiendo unas cantidades de vértigo en seguridad fronteriza. Y para muestra un botón. Frontex es, con mucha diferencia, la agencia europea en la que se invierte más dinero de un año para otro.

    Mientras los países del Sur se asfixian, al Este de la UE no quieren ni oír hablar de un pacto migratorio que logre un proyecto no solo eficaz y equilibrado, sino que por encima de todo sea garante de los DDHH. Es una de las peticiones del primer ministro italiano y firme defensor del proyecto europeo, Mario Draghi, que ha reclamado que se aborde este tema de manera prioritaria en la próxima cumbre de jefes de Estado. Habrá que esperar al 24 de junio, día del encuentro, para ver si se da algún paso en esta materia, aunque la respuesta es más que previsible.

    31 may 2021 / 01:00
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