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¿Dónde está la pelota?

    TUTORÍA en 2.º de ESO. El alumnado está entrando en la fase de las tres aes: apagado, asustado y apático. Como tutora les pregunto qué desearían por encima de todo a estas alturas de curso.

    En menos de dos segundos las manos se levantan y hay un clamor popular: ¡Queremos jugar como antes!

    ¿Jugar a qué? Les pregunto.

    Al fútbol, dicen unos, a
    vóley dicen otros, al “infectado” dicen varios.

    ¿Al infectado? Sí, sí, un pilla-pilla del coronavirus.

    No sé si reírme o llorar, pero encauzo la situación co-
    mo puedo, intentando llevar
    la conversación hacia sus sentimientos.

    Se sueltan y empiezan a soñar despiertos con un patio donde puedan abrazarse, tocarse, empujarse, mezclarse, en definitiva, para hacer lo que hay que hacer en un patio.

    “Quizás la pelota con la que podemos jugar es imagina-
    ria, quizás los abrazos podemos dibujarlos”, les digo.

    “Profe, eso no mola –contesta la delegada–, echamos de menos estar con los amigos”.

    A partir de ahí comienza una sucesión de intervenciones dirigidas a expresar su dolor por la situación que están viviendo, al ritmo de una pelota imaginaria que nos lanzamos entre mamparas.

    Palabras como miedo, aburrimiento, tristeza, contagio
    y soledad son ya un clamor
    en el aula.

    Ya no se sienten protegidos, aquella sensación de que las víctimas son anónimas y están lejos, ya es pasado. Todos o casi todos conocen a una familia, un tío enfermo o una prima que no lo ha pasado muy bien. Y, cada vez, hay más alumnos confinados en las clases. Ya no apetece, como sucedía al principio, estar confinado.

    El profesorado ha hecho malabarismos con esa pelota. Desde las campañas diarias de 3M (manos, mascarilla, metros), apurando las técnicas de trabajo por si..., mejorando habilidades para el
    aula virtual o introduciendo en la programación de tutorías palabras como resiliencia, empatía, solidaridad o
    ética del cuidado.

    Muchas pelotas y un campo donde proteger a las y los adolescentes de aquello que los configura como tales (el contacto, los grupos, los altibajos...), y a nosotros mismos para que no nos contagien las emociones. Al fin y al cabo, todo lo que olía a sentimiento huele ahora a desinfectante y a gel hidroalcohólico.

    Desde el inicio de curso
    vivimos en plena concen-
    tración, conscientes, en muchas ocasiones, de que al salir de la escuela las normas del juego cambian, muy a nuestro pesar.

    Una liga muy exigente en la que atendemos no sólo la regulación emocional del alumnado, sino también la de sus familias.

    Por eso, el anuncio del Plan de Bienestar Emocional que acaba de lanzar la Consellería llega un poco tarde. El partido se juega desde septiembre, en muchos casos, desde marzo del 2020.

    Serán los equipos directivos los encargados de coordinar y articular el Plan, como viene siendo habitual desde que esta liga comenzó.

    Ni los jugadores ni el juego han cambiado: la pelota sigue estando en nuestro tejado.

    Como las reglas del juego siguen siendo las mismas, posiblemente el primer partido de la próxima temporada comenzará con la pelota en el mismo lugar.

    23 feb 2021 / 01:00
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