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RESEÑA MUSICAL

“Dous mares”: músicas entre dos mundos

    Título del programa en “De Lugares e órganos”, que nos acoge en la Igrexa das Ánimas- 20´30 h.-, y que enlaza en lo musical a la metrópoli con las formas tratadas en Latinoamérica y anónimos del Cancionero de Elvas. Intérpretes, el organista Marco Aurélio Brescia, Diana Baroni- voz y travesera-, Rafael Guel- guitarra, flautas y percusión-, con el “Grupo 1500”. Las piezas del Cancionero de Elvas, observan ritmos característicos originales y de aire familiar, que nos acerca a Latinoamérica, que compartirá con la del mejicano Gaspar Fernández, discípulo del granadino Pedro Bermúdez, maestro de capilla, en la Catedral de Puebla. El uso de lenguas indígenas en piezas religiosas, valdrá como medio evangelizador y para idea, “Hanacpachap”- en quechua-, con modelos como las típicas folías, en sus viajes de ida y vuelta, tan propias de Domenico Zipoli. Añádanse piezas de tradición oral, mejicanas en su mayoría, como “Xochipilzahuatl”, un canto devocional, con aire rasgueado o “La Petenera, son huatesco tradicional, de esa América postcolonial, dedicada a una cantante de ópera, de gran prestancia o “Las olas del mar”, otro son, a caballo entre las habanera y el fandango del XVII.

    Domenico Zipoli, con presencia sobresaliente en esta sesión, fue un músico italiano que estudió con Battista Becattelli, y gracias al apoyo del duque Cosimo III, pudo seguir en Florencia con Giovanni Mª Casini, estrenando el oratorio colectivo “Sara in Egitto”, antes de continuar en Nápoles con A.Scarlatti, con el que mantendría una relación compleja. En Roma, fue alumno de Pasquini, en donde obtuvo plaza en la Iglesia de los jesuitas. Sevilla tuvo constancia de su visita, como novicio de la compañía de Jesús, paso previo de su traslado hacia América, en donde llegará a Buenos Aires, estableciéndose en el convento de Córdoba. Del catálogo de sus obras, destacan las descubiertas por R. Stevenson, en 1959, en el archivo capitular de la Catedral de Sucre (Bolivia) por una “Misa” o las de la década de los 60, de los archivos de la zona de Moxos y Chiquitos en el Oriente Boliviano.

    Hablar de su ópera-omnia, es casi una utopía y será en los años finales del XX, cuando se incremente el repertorio hallado en América, aunque hay cientos de partichelas en las que no se indica su autoría. Las “Sonate d´intavolature per órgano e cembalo”, constan de dos partes: la primera dedicada al órgano, la segunda al clave . “Sonata” no tiene acepción actual, sino simplemente la de pieza “per sonare”. El grupo para órgano está integrado en por una tocata, de cinco “canzone”, con sus versículos, cuatro piezas para la liturgia. El segundo cuaderno consta de cuatro suites y dos partitas, escritas con técnica impecable y hábiles recursos de contrapunto. En su caso, no corresponde hablar de estilo, pues el suyo lo trajo de su actividad anterior en Italia y con él continuó en América; no llegó a modificarlo, ni a incorporar ningún elemento autóctono.

    Marco Brescia, de origen italobrasileño, destaca por sus labores filológicas, de esas tradiciones, materia que cultivó en certámenes como “Cittá di Treviso e della marca Trevigiana”, “Landesberger Orgel Summer”, el “Internazionale di Venezia” o el añorado “Espazos Sonoros”, además del de “Música Antigua de Daroca”, “Orgâo de Madeira” o de “Juiz de Fora”. Siguió clases de J.L. González Uriol, en Daroca, punto de inflexión artístico en su carrera, la “Escuela Superior de Música Antigua de Catalunya/ Universitat Autònoma de Barcelona”, realizado bajo la supervisión de Javier Artigas, con la obtención de Matrícula de Honor”, y un doctorado en musicología histórica de la Universidad de París, “IV Sorbone”. Trabaja como investigador en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas en la Universidad NOVA, de Lisboa, como miembro del “CESEM”. Es el principal impulsor y coordinador de restauración del órgano histórico Almeida e Silva de Diamantina (1787). Grabó con la soprano Rossana Orsini, “Angel and Marmaids: religious music in Oporto and Santiago de Compostela”, en el instrumento de Sta Clara de “Manuel de la Viña/Ramón Cardama” (1713/1865).

    Diana Baroni, obtuvo una beca para estudiar en la “Yehudi Menuhin Ac.” de Gstaad, conseguida con 17 años y gracias al Teatro Colón de Buenos Aires, comenzaría una nueva trayectoria, en los géneros contemporáneos y las formas clásicas, facilitándole también estudiar repertorios historicistas en la “Schola Cantorum Basiliensis”, y flauta travesera en Amsterdam, con Wilbert Hazelzet y Jed Wentz. Fundó el grupo “Café Zimmermann”, con Céline Frisch, realizando trabajos sobre J.S.Bach, para flauta travesera. Colaboró con formaciones como “Les Musiciens du Louvre”, “Ensemble Vedado”, “Ensemble Stravaganza” o la “Orchestra Svizzera Italiana”. Destacan su participaciones en festivales de élite, desde Ambronay, a coliseos como el Musikverein Wien, Chàtelet, Gulbenkian, Théâtre de La Ville o la Brucknerhaus Linz.

    Rafael Guel, estudió en la Escuela de Música Ollin Yoliztlia, de Méjico y en 1997, fundó ek grupo “Coihue”, pasando a integrarse en 1981, en el grupo “Mapu”, de importante prestigio. El campo de la investigación en profundidad, lo realizó en los pueblos de Chiapas y Oxaca, a través de viajes y estadías con las comunidades indígenas de la región. Radicado en Amsterdam , desde los 90, colabora con grupos tradicionales en torno a la música colonial y afroperuana, con resultados perceptibles en trabajos significativos como “Son de los Diablos”. No descuida el trabajo artesanal y es constructor de instrumentos de cuerda pulsada.

    El “Grupo 1550”m dirigido por Andrés Díaz, es una formación vocal e instrumental, centrada en los periodos del final de la Edad Media, el primer Barroco, tomando precisamente como referencia el año 1500. Colaboran asiduamente con formaciones en esa honda: “Vox Stellae”, “Malandança”, “Resonet””Il Combattimento”, “Cuarteto Aliceres”, “Près de Cambay”, en largas giras desde España al resto de Europa. Contribuyeron a la divulgación de bandas sonoras como el cortometraje “Cadea perpetua” o el documental “O Mariscal” y el trabajo para la ambientación audiovisual de la inauguración del Museo de Pobo Galego. También participan en obradoiros, materiales didácticos y centros de enseñanza, conservatorios de música t proyectos divulgativos. Desde su fundación en 2005, su presencia es habitual en ciclo de temporada, compromisos con la “USC”, y en 2014, fueron invitados para actuar en la clausura de las celebraciones, en Santiago, del “VIII Centenario da Peregrinación de San Francisco”. En 2020, publicaron el cd para el libro “Venezia abandonada”, del poeta Eduardo Estévez, editado por “Positivas”, con músicas del Renacimiento.

    26 ago 2021 / 01:00
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