Cita en la Escola Berenguela
La tarde del viernes, abundante en convocatorias, fue ocasión para una de las citas regulares en la Escola Berenguela, a la misma hora que la Orquesta de Cámara Galega, que dirige Rogelio Groba Otero, ponía las notas de clausura, para los actos dedicados a Castelao maxistral, que se cierra el domingo, con el nombre de A derradeira lección do mestre, y en la que la formación ofreció obras del maestro Rogelio Groba- una de ellas en estreno-, Andrés Gaos, Händel, Astor Piazzolla y Negra sombra, de Juan Montes, en arreglo de Groba Otero. La Escola Berenguela, programa con regular frecuencia conciertos dedicados en preferencia a sus alumnos y en concreto a los que han seguido la docencia del maestro Alexander Gold. Alumnos que fueron, pero que mantienen la debida fidelidad, participando en conciertos que, de manera ciertamente sorprendente, repiten con arriesgados programas. Rosalía Gómez Lasheras, nos dejó el pasado mes de noviembre los Preludios de Claude Debussy, casi en su integridad, ya que de la relación de las pequeñas pinceladas impresionistas, se descolgó Minstrels.
Ella y Javier López Jorge, en el Paraninfo da Universidade, apostaron por un programa con reclamo a cuatro manos, magníficamente preparado en lo que podríamos entender, como un planteamiento cíclico: Schumann a través de la Sonata nº 2, en Fa sost m. Op.11, obra que refleja perfectamente el estado emocional del compositor y compleja para el aficionado, por la tendencia al desvarío; otras curiosidades en las tres Bilder aus Osten Op. 66- en una selección- y los agradecimientos brahmsianos en una entrega de variaciones. Coincidencias de la vida, el Dúo Cassadó ofrecieron al día siguiente en el Teatro Rosalía Castro, en las actividades de la Soc. Filarmónica de A Coruña 1904 un programa de corte similar: Homenaje a Clara Schumann, con sus Romanzas Op. 22, entre otras obras de Robert Schumann y J. Brahms. Pura casualidad, pero un claro beneficio para los buenos aficionados.
A mediados del mes de febrero, la Escola Berenguela tuvo a bien reunirnos con algunos de los jóvenes intérpretes que repitieron aunque variando el programa elegido. Entonces, Fabio Parada, que amplía estudios en Holanda, ocupó una parte preferente por el número de piezas que comenzarían con El Puerto, de la Suite Ibería, de Isaac Albéniz; Los alardes paganinianos pasados por el filtro de Ferenc Liszt, en el Estudio en Mi M. nº 5 La Chasse); Otro Liszt de pinceladas folklóricas, por la Rapsodia húngara, en Mi M. nº 10; el Beethoven de la Sonata en Sol M., nº 25, op. 79, en sus tres tiempos y una exigente pieza de Antón García Abril, por su extensión y planteamientos, Diálogos con las estrellas. La obra de Antón, goza de una excelente integral llevada al disco, por Ilona Timchenko.
En esta ocasión, los participantes añadían como compañera a la pianista Emma Álvarez Pardiñas, que tuvo a su cargo el Mozart de la Sonata en Do M. K. 545, en su primer movimiento obrita que goza de los parabienes de los más jóvenes por sus beneficiosas cualidades didácticas. También a Artai Isasi Vázquez, quien probaría con el pausado intimismo de F. Mompou, con El secreto, un acercamiento a las formas del impresionismo francés, al que el maestro otorgaría su propio cuño y que, afortunadamente, escuchamos con frecuencia. Alisa Zghienti, mantendría los rigores canónicos del J.S.Bach, en la Invención nº 15, para probar con el Chopin del Nocturno en Do sost. m. Cristina Costa Ling, haría pareja con el violinista Alfonso Sánchez Velazco juventud por juventud, que gozaron ya de protagonismo en la sesión anterior, apuntan en esta ocasión a Karl Böhm, en una Zarabanda. Antón Figueroa Martínez, dejaría el primer movimiento de la Sonata en Do m. Op. 13(Patética), de L.v. Beethoven y el mayor peso en manos de Miguel Iglesias Lista, que, volvía a obras servidas la vez anterior: J.S.Bach, a través del magisterio escolástico del Preludio y fuga nº 5, en Re M.; S. Rachmaninov, con el Estudio nº 5,Op. 39; Cuatro de las Phantasiestück, de Robert Schumann y la Polonesa heroica, de F. Chopin.