Morir a destiempo. Verónica y José Antonio
VERÓNICA había grabado un video obsceno que fue difundido entre los hombres que la rodeaban y sufrió acoso masculino en su entorno. Con su suicidio se llevó el misterio a la tumba, salvo la intuida humillación por saberse objeto de deseo. José Antonio Reyes conducía a 237 km/h cuando su Mercedes volcó y provocó su muerte y la de su primo acompañante, más las quemaduras de un tercero. Verónica, 32 años, Reyes, con 38. Ambos pagaron con su vida el tributo a la Tecnología: la tentación de la auto Grabación obscena y de su Difusión en redes sociales; y el Exceso de velocidad en un coche ganado con dinero joven. En los dos casos la técnica usada sin prudencia. Lloro por Verónica y por José Antonio, lloro la imprudencia de ambos. Y denuesto del papanatismo que ensalza el uso de instrumentos sin responsabilidad suficiente. La admiración beata de la juventud; el menoscabo de virtudes de convivencia.
El video y un automóvil veloz son trebejos gratificantes que se convierten en bombas de mano usadas sin discernimiento. Que quienes operan en Nuevas Tecnologías cuenten con la atracción de sexos y desaconsejen vídeos eróticos.
Los mensajes "no a la violencia de género" resultan ridículos por inoperantes cuando la eroticidad es alentada. Fue un error grabar un video excitante. Fue un error -y un delito- conducir un coche a 237 km/h. Y un pecado.
Profesor de instituto