No salió como querían

LOS medios de la derecha dextrogirona se han lanzado contra el señor Sánchez culpándolo del fracaso de la investidura con argumentos insustanciales envueltos en papel de estraza. Se ve que esperaban que se aliara con UP y los independentistas para luego despellejarlo a sabor.

Normal que se critique su modo de gestionar el encargo del jefe del Estado, pero reconociendo que al haberlo aceptado demostró sentido institucional, respeto a las reglas del juego democrático y a la ciudadanía que con sus votos hizo al PSOE ganador de las urnas abrileñas. El intento de ridiculizarlo, ridiculiza en realidad a los por él derrotados en ellas: si te gana un incompetente, tu competencia queda sin más desmentida.

Sectarismo e ignorancia revela la barriobajera acusación de caradura por pedirle a la oposición que se abstuviera. Aun los legos en la materia entendieron que se dirigía a los grupos parlamentarios del PP y Cs, siendo como es evidente que para que haya oposición tiene que haber Gobierno. Como al candidato le constaba que la respuesta sería negativa, su insistencia es táctica que buscaba destacar la incoherencia de los azulones y anaranjados.

Porque lo es, y del copón, exigirle al PSOE que no pacte con lo antedichos sin al mismo tiempo asegurarle que se abstendrían en la votación de marras, apoyo que sus votantes aplaudirían como contribución patriótica a la gobernanza del país. Perdieron la ocasión para dejar claro que ponen el interés general por encima de las conveniencias de sus personas y partidos.

Parece que después de presentar la prueba irrefragable de que no pacta a cualquier precio por mantenerse en el machito y dejar a los rivales con sus vergüenzas al aire, si hubiere nuevas elecciones don Pedro entraría en la carrera mejor situado. Una tentación para forzarlas.

Profesor titular de Latín