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El adhesivo de los mejillones

    LOS mejillones comunes (Mytilus edulis) de nuestras rías, fuente importante de riqueza para el sector pesquero, acaban de servir de base para un importante descubrimiento científico, que va a suponer una revolución en el mundo de la química de los adhesivos, colas o pegamentos. Viven en nuestras aguas azotados continuamente por las olas y no les pasa nada. Son capaces de permanecer unidos fuertemente a las rocas, a otros mejillones o a las cuerdas de las bateas en las que se cultivan. Es evidente que son capaces de crear un potente adhesivo en su pie, que es capaz de funcionar bien en el agua del mar sin estropearse y resistiendo grandes fuerzas externas.

    Durante mucho tiempo el mecanismo específico por el que los mejillones producen su potente adhesivo ha sido un misterio. La razón es que todo lo necesario para generarlo ocurre dentro del propio pie del mejillón y no en otras partes de su organismo.

    Su observación no era fácil. Fue preciso disponer de potentes técnicas analíticas, como las diferentes técnicas de microscopía, y técnicas espectroscópicas de alta resolución, junto con metodologías avanzadas utilizadas normalmente en la investigación en química, bioquímica y en ciencia de materiales. Diez años de intensa investigación para poder comprenderlo.

    Al estudiar qué es lo que sucedía a nivel subcelular, se descubrió que dentro del pie del mejillón hay una serie de canales muy pequeños, del tamaño de una micra, por los que se mueven las diferentes sustancias con las que se crea el adhesivo. ¿Cuáles son esas sustancias? Pues básicamente se trata de dos tipos de sustancias. Por una parte, proteínas líquidas condensadas que se encuentran en unas pequeñas vesículas o sacos y que se van moviendo por los muy pequeños canales hasta juntarse con iones metálicos, principalmente el hierro y el vanadio que los mejillones extraen del agua de mar. Cuando se produce esta mezcla, las proteínas, antes líquidas, se convierten en el potente adhesivo sólido que una vez formado no se ve afectado por el agua de mar.

    Hasta hace poco tiempo se creía que solo usaban el hierro, un elemento relativamente abundante en el agua de mar. El descubrimiento de la presencia del vanadio en el mejillón es muy interesante ya que, por una parte, los niveles presentes en el agua de mar son muy bajos y, además, hay pocos organismos marinos que lo acumulen de forma significativa. Ahora se cree que es precisamente este elemento lo que le confiere al adhesivo sus propiedades tan potentes.

    Lo novedoso es que se mezclan los componentes adecuados, en el lugar adecuado y en el momento adecuado. Ni las proteínas utilizadas ni el vanadio son tóxicos para los seres vivos. Por ello este descubrimiento abre la puerta a la investigación de adhesivos que pueden ser utilizados en ambientes húmedos, como por ejemplo en tratamientos quirúrgicos y dentales.

    02 nov 2021 / 01:00
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