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El caso Maddie

    MADELEINE McCain, de casi cuatro años, desapareció de Praia da Luz, en el Algarve, el 7 de mayo de 2007. Tras los primeros meses de intensa búsqueda y pesquisas policiales para encontrar a quien pudiera ser el responsable de la desaparición el caso fue cayendo en el olvido para la opinión pública que recuerda la fotografía de una niña rubia con unos grandes ojos, a los que sus padres habían dejado dormida en su apartamento junto a sus dos hermanos mientras ellos cenaban en un restaurante muy cercano y acudían a ver que todo seguía con normalidad hasta que se produjo la desaparición.

    Pero ni lo padres, ni las policías portuguesa y británica habían dejado de investigar pese a que el caso había sido archivado por falta de pruebas. Los padres, Gerry y Kate, no se libraron de ser considerados sospechosos de la desaparición de su hija. El caso Maddie tenía visos de pasar a engrosar los anales de las investigaciones frustradas, después de que la policía considerara que no había dejado ningún cabo suelto por desentrañar tras realizar 500 registro y dos mil diligencias policiales que se acumulaban un sumario con doce mil folios.

    Pero sí, había un cabo suelto, el de un ciudadano alemán, Christian Brueckner, que en la actualidad tiene 44 años y que está preso en una cárcel alemana por violación y pedofilia, y que entre 1995 y 2007 vivió en una localidad cercana a donde se produjo la desaparición de Maddie, y que abandonó su casa en los días siguientes para trasladarse a Alemania. Su historial delictivo comienza a los 17 años y durante su estancia en Portugal fue acusado de la violación de una mujer estadounidense de 72 años, lo que pudo certificarse por el ADN de un pelo de vello púbico que quedó entre las sábanas. En 2017 fue vuelto a encarcelar por violación y cumple condena en una cárcel de Kiel al norte de Alemania

    Crhristian Brueckner sin embargo, se ha negado a colaborar con la policía y la justicia para determinar qué es lo que ocurrió, porque dejó Portugal de forma inmediata, a quien llamó esa noche por teléfono, que es lo que ocurrió con la pequeña y si la trasladó a Alemania en la furgoneta con la que viajó a su país de nacimiento.

    La fiscalía de Braunsweig le ha señalado como el autor de la desaparición de Maddie a la vez que consideran que la niña está muerta. Unas afirmaciones tan rotundas y de tanta trascendencia sin duda deben estar bien fundamentadas para no llevar más dolor a sus padres.

    21 jul 2021 / 01:00
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