El chantaje de Bárbara
LA profusión con que estos días aparece en los medios, vuelve a colocar en primer plano a María García, conocida por Bárbara Rey, que fue largo tiempo y en dos etapas una de las diversas amantes del rey honorífico Juan Carlos I, cosa que ella misma confirma ahora en varias entrevistas. El motivo que la trae al primer plano es la emisión de una serie de televisión sobre su vida, ocasión que aprovecha para contar algunos aspectos de sus relaciones con el rey honorifico y de paso hacer caja de nuevo.
El director del CESID, antecedente de la CNI, general Manglano, al recopilar sus memorias, guardó datos y evidencias del modo en que hubo que compensar el silencio de la actriz murciana, cosa que ésta ahora quiere desmentir, pese a que está demostrado que tuvo la precaución de recoger en grabaciones y vídeos los momentos íntimos con el monarca, tras haber instalado los medios adecuados en su casa, para obtener las pruebas de aquella relación.
Dice ahora que nunca cobró nada, cosa que no casa con otros testimonios y pruebas, como el que nos dejó Colón de Carvajal, fallecido en 2009 y amigo del rey Juan Carlos, de quien ejercía la función de secretario privado, que es el personaje que negocia con Bárbara Rey su primer chantaje y le paga 25 millones de pesetas de 1994 para que no mostrase las pruebas de sus relaciones.
Otras evidencias desprendidas de las memorias de Manglano aclaran que estuvo cobrando una cantidad periódica, tramitada por el CESID; hasta que Aznar puso fin a esta práctica. La recompensa por sus servicios se situó del orden de los 600 millones de pesetas, en cuotas diversas. Ahora Bárbara Rey dice que no cobró nada por su silencio, y sólo por su trabajo en las televisiones.
Es evidente que, aparte de los pagos en metálico, se lucró de sus relaciones con el monarca y con otras retribuciones para que se callara. En el año 2000 fue contratada para conducir un programa de cocina en horario matinal en Canal 9, la misma cadena que tres años antes le había prohibido la entrada para que no hablara. Ahora está apareciendo en todos los medios, contando su romántica relación con Juan Carlos, al tiempo que niega lo que el general Manglano dejó como pruebas de que la historia de amor no fue tan desinteresada como ella cuenta.