El eje mediterráneo
EL presidente valenciano, Ximo Puig, la presidenta balear, Francina Armengol, y el primer secretario del PSC, Miquei Iceta, son los principales aliados periféricos de Pedro Sánchez.
La pandemia ha alterado de forma contundente, y en pocos meses, la relación y la capacidad de influencia de los barones autonómicos del PSOE con su líder. O tal vez sería más razonable señalar que la COVID ha acelerado un proceso de corrimiento de fuerzas interno que se intuía para el PSOE tras la imposibilidad de formar gobierno en Andalucía y en Madrid –a pesar de haber ganado las elecciones autonómicas, en 2018 y 2019– y las consecuencias latentes de la crisis del procés en Cataluña y de lograr la investidura de Sánchez con apoyo de independentistas.
Un cambio en la geografía política del socialismo español que ha permitido en estos meses que estos barones se hayan convertido en estrechos colaboradores del presidente del Gobierno, al que no han dejado solo en ningún momento.
En este primer año desde la investidura, Sánchez ha tenido el apoyo de estos barones en cuestiones clave como la gestión de la crisis del coronavirus, el reparto federal de los recursos sanitarios y de las restricciones, los pactos políticos para los presupuestos generales del Estado, la necesidad de armonizar la fiscalidad con la mirada puesta en Madrid, la gestión de los fondos europeos y la necesidad de abordar sin complejos los posibles indultos a los líderes del independentismo. No en vano, Ximo Puig se ha convertido en el principal aliado de Pedro Sánchez contra Díaz Ayuso.
El mapa del PSOE de 2021 es, por estas razones, radicalmente diferente al mapa de hace no mucho tiempo. El eje Sevilla-Madrid-Cataluña-País Vasco se ha modificado en beneficio de un eje mediterraneo Valencia-Baleares-Cataluña.
Habrá que estar atentos a la participación activa de estas autonomías, gobernadas por líderes socialistas con fuerzas nacionalistas y de la izquierda social, en el diseño del reparto de los fondos europeos. Algunas señales ya se han visto con el fondo COVID, donde por primera vez en la historia la Comunidad Valenciana y Baleares han recibido ayudas en proporción a su población.
Sin olvidar el delicado asunto de la armonización fiscal y el dumping madrileño; asunto en el que las autonomías más beneficiadas serán, justamente, las que tienen una peor financiación autonómica: Valencia y Baleares. Ha sido la valenciana la primera en exigirlo, y Sánchez se comprometió ante Ximo Puig a abordarlo.