Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

El nuevo marco regulatorio camboyano en materia de inversiones

CAMBOYA es un país prácticamente desconocido para la mayoría de las españoles, salvo por alguno de los aspectos más sobresalientes de la cultura jemer, como la ciudad sagrada de Angkor; o por el genocidio perpetrado por el dictador Pol Pot contra su propia población, entre 1975 y 1979. A este desconocimiento tal vez no es ajeno el hecho de que España no cuente con embajada residente en Phnom Penh, y de que Camboya tampoco la tenga en Madrid, al estar situadas las representaciones diplomáticas de una y otra, en régimen de acreditación múltiple, en Bangkok y París respectivamente.

Esta falta de presencia institucional directa, unida a una estrategia exterior poco definida, explicarían a su vez, en el ámbito de los negocios, el limitado nivel de éstos, necesitado, como veremos, de un fuerte impulso.

Si bien es cierto que Camboya es un país que todavía no se encuentra entre los más desarrollados del Sudeste Asiático, no lo es menos que el crecimiento sostenido de estos últimos años, con un promedio anual del 7%, a excepción de 2020 por causas imputables a la pandemia, le convierte en un mercado en plena expansión al que hay que prestar la debida atención. A día de hoy, sin embargo, las cifras de las exportaciones y de las inversiones españolas están aún lejos de esta atención, dado que España, en 2019, exportó bienes a Camboya por valor de 23 millones de euros (automóviles, maquinaria, medicamentos), e importó bienes de Camboya por valor de 927 millones de euros (textiles, calzado), y realizó unas inversiones directas de apenas un millón de euros, mientras que Camboya, por su parte, no hizo ninguna.

En un contexto como éste, francamente mejorable, Camboya acaba de aprobar un ambicioso paquete legislativo, compuesto por tres normas, relativas, respectivamente, a inversiones, sociedades y contratos, con el fin de hacer más atractiva su economía. Si a ello añadimos el hecho de que los regímenes previstos para las Zonas Económicas Especiales, que en su día se diseñaron y ubicaron en distintas localidades a lo largo del país para atraer inversiones, potenciar la competitividad y promover el desarrollo, y que van a ser objeto de importantes modificaciones en línea con lo dispuesto en la nueva ley de inversiones, la conclusión a la que hay que llegar no es sino reconocer que esta nueva normativa puede constituir el impulso necesario para los planes de negocio de empresarios extranjeros, y entre ellos, claro, para los de los españoles.

En este sentido, la nueva Ley de Inversiones (Royal Kram Nº NB/RKM/1021/014), que acaba de entrar en vigor de conformidad con lo establecido en el Plan Nacional de Desarrollo Estratégico 2019-2023, y en ejecución de lo prevenido en la Fase IV de la Estrategia Rectangular para el Crecimiento, el Empleo, la Equidad y la Eficiencia, define y regula distintos de proyectos de inversión (calificados, calificados ampliados y garantizados), para los que prevé protección y garantías, por un lado, e incentivos, por otro: en el primer caso, igualdad de trato con los nacionales –excepto en la propiedad de la tierra– y derecho a la debida compensación en el supuesto, por ejemplo, de expropiación; y, en el segundo, diversos tipos de estímulos, fiscales y/o arancelarios, según el sector y la actividad.

Aún cuando esta Ley debe ser todavía desarrollada reglamentariamente, su texto ya nos anticipa las líneas generales de un marco regulatorio mucho más abierto y flexible que los precedentes, lo cual permitirá explorar sin duda las diferentes posibilidades que ofrece la economía camboyana, de acuerdo con las oportunidades que el Plan Nacional de Desarrollo Estratégico 2019-2023 (60.000 millones de dólares de inversión) relaciona con toda precisión: infraestructuras (viarias, ferroviarias, portuarias, aeroportuarias), energía, tratamiento de aguas y residuos sólidos, turismo, economía digital y alimentación, entre otras.

Unas oportunidades que no son sino una confirmación más de lo que el propio Plan sostiene: que la economía global está liderada por Asia, y que este continente es en la actualidad el centro de gravedad del comercio mundial.

21 feb 2022 / 01:00
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
Tema marcado como favorito