El Pazo de Meirás

EN 2010 la sala de lo contencioso administrativo del TSXG ya se pronunció, en una resolución de la que modestamente fue ponente un servidor, por la apertura al público del Pazo de Meirás, a la que se oponía la familia Franco. Ahora se ventila la misma propiedad del inmueble en un Juzgado de Primera Instancia de A Coruña.

La demanda presentada por la Abogacía del Estado razona que la posesión del Pazo de Meirás por parte del general Franco y de sus herederos “se basa en un título, la compraventa de 1941, que es un texto simulado y completamente nulo, y cuya finalidad exclusiva era permitir, en el futuro, una posesión de Franco y sus herederos a título particular”.

En el fundamentado escrito del servicio jurídicos del Estado se argumenta así que en marzo de 1938 se constituyó la Junta pro Pazo del Caudillo, de la que formaban parte el gobernador civil y varios alcaldes de la provincia de A Coruña. Se creó para comprar un inmueble que sirviese de residencia de verano del jefe del Estado. El pazo de Meirás era entonces propiedad de la familia de Emilia Pardo Bazán.

Manuela Esteban Collantes, viuda del hijo de la escritora y heredera la propiedad, vendió el edificio y sus terrenos a la citada Junta pro Pazo por 406.346 pesetas. Esta escritura, que ha sido revelada ahora por la Abogacía del Estado, es clave en el proceso, porque tres años después se produjo una segunda venta sobre la misma simbólica propiedad.

Frente a la oposición de la familia Franco, lo cierto es que existen sólidos presupuestos jurídicos para considerar la anulación de aquella operación y para que el Pazo de Meiras sea reintegrado a sus legítimos dueños: los ciudadanos.

No se trata de escarbar en los pantanosos terrenos de una Memoria Histórica que ojalá nunca hubieras tenido que recordar, sino de un simple acto de justicia.