Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

El reduccionismo de moda

    VIVIMOS tiempo de eslóganes, consignas y frases hechas que reducen la realidad a una expresión, con la que nada se resuelve. Igualdad: todos con uniforme mao. A poco que se reflexione, concluiremos que no siempre el trato igual es lo justo, el objetivo debe ser dar a cada uno lo que le corresponde por preparación, dedicación, y esfuerzo.

    Y de la igualdad pasan sin reparo a defender la desigualdad: mayor castigo a quien agrede, abusa, maltrata o mata a una mujer, por el hecho de ser mujer. Lo que habrá que considerar son las agravantes que concurren, tanto en este caso como en otros similares con ancianos, niños o discapacitados, para graduar la pena. Otro eslogan: el sexo es una elección personal, en la que la naturaleza se queda al margen, asunto que no precisa comentario. Cosa diferente es la inclinación del ser humano, masculino o femenino, en cuanto a la forma de utilizar el sexo. El uso diferente del sexo en relación con el asignado por la naturaleza, queda en la esfera privada; y lo que se llama cambio de sexo es un eufemismo o un disfraz de la apariencia externa.

    No olvidemos el feminismo excluyente, que siembra el resentimiento contra el hombre, por el hecho de que algunos malvados sean protagonistas de actos execrables.

    Lenguaje inclusivo. Nos quieren hacer ver como natural lo que es un mero desbarro lingüístico infantiloide y simplista, que considera femenino lo que acaba en “a”, masculino lo que finaliza en “o”, y omnicomprensivo lo terminado en “e”; las dos primeras conducen a errores y al chiste, la tercera resulta ridícula: “hijes”, “todes, “compañeres”... Una propaganda barata, a la que generalmente se adhieren quienes tienen pocas ideas eficaces para procurar un auxilio material y de acogida a los maltratados –ancianos, niños, mujeres, cualquier ser humano–, vigilar la normativa salarial o formar en urbanidad a niños y jóvenes.

    Les pondré algunos ejemplos del lenguaje inclusivo de la señora Montero, tomados de varios entrevistas en las que habla de su familia, para que comprueben lo pronto que se olvida de lo que defiende en público, tal vez por falta de convicción: “dos hijos prematuros”, “mellizos”, “niños”, “hijos”, “abuelos”, “padres”, “nietos”, “niñeros”. En un discurso público le sucede lo mismo.

    No puedo olvidar el lenguaje vulgar de estos personajes para tratar algunos de estos temas: “... a ver si puede dejar de ser bollera, maricón, bisexual o persona trans”.

    Vulgaridad y falta de pragmatismo en sus temas estrella y silencio sobre los que realmente preocupan a los españoles ...pero el guindo se está moviendo.

    08 may 2021 / 01:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    TEMAS
    Tema marcado como favorito
    Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.