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¡El Senado existe!

LA circunstancia de que Feijóo precisara de una plataforma de nivel para medirse con Sánchez provocó el nacimiento efectivo del Senado. La institución fue creada, en el papel, en 1978 con la Constitución como cámara de segunda lectura, cuya principal actividad es revisar las leyes que aprueba el Congreso, pero sin más relevancia que cuando las mayorías de las cámaras son diferentes -no es el caso actual- se produce un ligero retraso en la aprobación definitiva de la norma, pues quien tiene la última palabra son los diputados.

La única decisión trascendental tomada por el Senado, que yo recuerde, fue con motivo de la decisión del Gobierno en 2017 de intervenir la autonomía en Cataluña para frenar la independencia. Necesitaba ser refrendada por la Cámara Alta por mayoría absoluta, que tenía el PP de Rajoy y a la que se sumó el PSOE y otros partidos con menor representación. Fue, digamos, la excepción que confirmaba la regla sobre su irrelevancia.

Con la llegada del gallego, aunque solo durante el poco más de un año que resta de legislatura, al menos será noticia cada mes mes, como lo fue esta pasada semana por vez primera. Eso sí, con el largo paréntesis previo hasta después del verano en que se reanudarán las sesiones de control. El primer cara a cara, más allá de asuntos anecdóticos por ambas partes, resulta esperanzador, en el sentido de que se vislumbraron las respectivas estrategias. Sánchez insiste en acusar al PP de no colaborar en asuntos esenciales -citó el bloqueo en el Consejo General del Poder Judicial- mientras que Feijóo cambió el discurso de Casado para centrarse en la economía, especialmente en la inflación y consiguiente pérdida de poder adquisitivo.

De aquí a septiembre, cuando se reanuden las sesiones de control, sin duda pasarán muchas cosas. Entre otras, las elecciones andaluzas del próximo domingo, que pueden suponer el inicio de un nuevo ciclo político. Pudiera también, siendo optimistas, terminar la guerra en Ucrania. O España recuperar las relaciones con Argelia sin que supongan mayor tirantez con Marruecos. Pero también empeorar, lo cual a nadie sorprendería después de la desastrosa actuación de la diplomacia española y de la incapacidad para atajar las subidas de precios. Ningún gobierno de la democracia se había metido en semejante lío con nuestros vecinos del Norte de África, cuyas consecuencias menores serán un incremento del precio del gas.

Lo que seguirá igual o peor es la economía. Pasado el primer verano dulce tras dos amargados por la pandemia llegará un otoño cargado de nubarrones. Por eso, o Sánchez cambia de registro o Feijóo tendrá las de ganar. Preocupa más la cesta de la compra que quien gobierne a los jueces.

Concheiros: ti vai facendo

AS obras en Concheiros deron, e seguen dando, moito que falar. A ninguén ha de estrañar. Non se trata só dos atrasos acumulados, que xa duplican o tempo en que habían de estar finalizadas e que a día de hoxe ninguén no seu san xuízo pode fixar unha data de remate, senón polo método de execución. Do que si estou convencido é de que a inauguración será antes de maio de 2023. Por que? Sinxelo. Nese mes do nao que vén son as eleccións municipais. E non quero pensar que a demora sexa maquiavélicamente deliverada, pero non cabe dúbida de que a algúns tampouco lle vén mal. Entre medias, o Concello tentou paliar o malestar da veciñanza, sobre todo comercio e restauración, cos bonos corazón. Como a causa da súa emisión non desapareceu hai quen confía nunha nova convocatoria para despois do verán. Quen faga un mínimo seguimento do asunto, in situ ou a través dos medios de comunicación, pensará que os responsables se puxeron ao choio sen saber o que de alí sairía, deixando á improvisación como plan director. É coma se aquilo tan vello e criticado do “ti vai facendo” volve ser actualidade. Proxecto en teoría si houbo pero na práctica de pouco serve, porque se ata para saber se pasaban dous autobuses en sentido contrario tiveron que comprobalo no lugar. Se non sabemos as medidas dun autobús non nos estrañemos de que se esborralle un viaduto.

El disputado voto emigrante

LA clase política se mueve a bandazos. Tal vez por impronta de Sánchez, y los demás mimetizan. El caso es que hace algo más de una década se implantó el voto rogado para los emigrantes porque no había garantías de fiabilidad en su emisión. Las irregularidades detectadas en países como Argentina y Venezuela endurecieron el sistema de elección en el exterior. Ahora se cambia el artículo 75 de la ley que regula el voto fuera de España. Se hace por práctica unanimidad. El BNG se abstuvo, que es lo mismo que dar un sí cn voz baja. Seguramente hoy se puedan implementar mayores garantías sobre la identificación del votante, con mayor participación de los consulados españoles y sistemas de envío sin contaminar, pero hay otras cuestiones que plantean dudas sobre el derecho al voto y las maneras de ejercerlo. La casuística es muy variada entre los cientos de miles de españoles en el exterior. Si vamos a casos extremos, que no por ello son menores en número, nos podríamos preguntar si tiene el mismo grado en sus derechos a conformar un gobierno local, autonómico o nacional un nieto de emigrantes que ni sabe poner en el mapa el lugar donde vota, pongamos cualquier municipio del rural gallego, y no paga impuestos de ningún tipo, que quien vive, trabaja y tributa en territorio español, y que si quiere votar por correo ha de rogarlo. Es para pensar.

12 jun 2022 / 01:00
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