Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

El valor de la educación

“QUERIDO señor Germain: Esperé a que se apagara un poco el ruido que me ha rodeado todos estos días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza y su ejemplo, no hubiese sucedido nada de todo esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso en ello continúan siempre vivos en uno de sus pequeños escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser su alumno agradecido. Lo abrazo con todas mis fuerzas. Albert Camus”.

Estas son las palabras que escribió días después de la noticia de haber sido galardonado con el Nobel de Literatura Albert Camus. Lo escribió a su maestro, su profesor de primaria, allá en Argelia. Era Louis Germain. En la mañana del jueves 31 la Universidad Pontificia Comillas invistió como Dr. Honoris Causa al italiano Nuccio Ordine, uno de los grandes intelectuales europeos y mundiales. El humanismo, como la filosofía, solo tiene una patria, el mundo entero. Pocas veces en mi vida académica he escuchado un discurso más bello, profundo, limpio, vibrante, apasionante y apasionado donde se reivindica el papel de la educación, el valor, la palabra, el humanismo, el arte, la literatura, la música, la poesía, la vida humana.

Ordine es un genio con una obra escrita y publicada en una treintena de idiomas y otros tantos países. Uno de los mayores eruditos en la vida y obra de Giordano Bruno, reducido a cenizas en Campo de Fiori y cuya sombría y misteriosa estatua impresiona a quién visita Roma y acude a esa plaza-mercado de flores y frutas.

La hondura de su discurso solo comparable a la frescura de su palabra, el acierto y el dardo, el foco y el enfoque, han sido soberbios. Mayúsculos. Un aldabonazo que suena y resuena a veces en las cajas vacías de silencios y donde todo sigue una partitura económica y sus dictados. Teorías económicas, algunas que han impuesto sus principios también en el mundo de la educación.

Reproduzco uno de sus párrafos iniciales: “Querría empezar hablando de la educación. Por desgracia, asistimos en silencio, desde hace décadas, a la degradación de la educación. No faltan profesores y estudiantes que, por distintas razones, han expresado y expresan el malestar de quienes viven la realidad de escuelas y universidades que hace tiempo perdieron su función esencial: formar ciudadanos cultos, solidarios, dotados de sentido crítico y con una auténtica conciencia civil”.

Se puede decir de otra manera pero no más claro. Y añade: “Más allá de las buenas intenciones, me parece evidente que las escuelas y universidades se ven obligadas a trabajar exclusivamente para obtener buenas clasificaciones. Sin resultados no hay financiación. En otras palabras: los que no aceptan los criterios están condenados a sucumbir. El sistema que mide no se limita a medir. Orienta, sin posibilidad de recurso, el futuro de cada prestación. De este modo, la evaluación sirve para la autorreproducción de un modelo único y, sobre todo, para imponer una lógica que impide imaginar posibles alternativas”.

Inteligencia, valentía, fortaleza de ideas y convicciones, simpatía y generosidad a raudales bien aderezadas de la humildad que solo los grandes atesoran. Ese es Nuccio Ordine.

08 abr 2022 / 01:00
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
Tema marcado como favorito