Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

Entre demócratas anda el juego

    TODA resaca requiere días para aplacarla. Y eso es lo que parece estar ocurriendo en las filas del Partido Demócrata estadounidense. La resaca electoral de las presidenciales no ha dejado títere con cabeza. Por un lado están los republicanos, quienes, pese a ciertas voces discordantes y al desgaste que genera el transcurrir de las horas, todavía aparentan fieles a Donald Trump, quizá con la esperanza de que algunas de las denuncias por fraude electoral en hasta seis de los Estados claves lleguen a buen puerto y consigan darle la vuelta a una proclamación presidencial de Joe Biden que la mayoría de líderes y medios de comunicación no han dudado en dar por hecha.

    Que si votos fuera de tiempo, que si individuos fallecidos ejerciendo su derecho de sufragio, que si observadores a los que nos se les permitió presenciar el recuento, que si residentes en el extranjero que sin embargo depositaron sus votos en las urnas o por correo, etc. Aun así, la cosa no pinta fácil para los conservadores, pese a la perseverancia de letrados como Rudy Giuliani, Matt Morgan, o Reince Priebus; pese a que en algún Estado, como en Georgia, se haya aceptado un recuento íntegro de los votos; pese a que se hayan ofrecido recompensas a aquellos capaces de demostrar que ha habido fraude; e incluso pese a la disposición del fiscal general William Barr a investigar cada una de las denuncias.

    Joe Biden aparenta ajeno a los recuentos, las denuncias y los estados todavía sin claro vencedor. Él continúa, como debe ser, firme en la asunción de poderes, en la conformación de un equipo de unos 4.000 altos cargos, y en el diseño de su proyecto gubernamental. No obstante, sus militantes no se sienten reconfortados, como tampoco lo están los líderes de un Partido Demócrata que, además de ser conscientes de la fractura social que vive el país, esperaban más ventaja, incluso en términos de apoyo ciudadano y voto popular. De hecho, saber que, en términos de compromisarios o votos electorales por estados, la Presidencia quizá se decante a uno u otro lado por apenas un par de cientos de miles de papeletas, no invita a la alegría; y menos en tiempos de pandemia y en unos comicios previos al anuncio de una vacuna participada por EE. UU.

    Los reproches de fallo de estrategia ya se dejan oír en las filas demócratas. Los más centristas dicen que el error estuvo en los ataques a la Policía y las propuestas de recortes en Seguridad, en el apoyo al movimiento Black Lives Matter, en el coqueteo con el socialismo y el comunismo, en el abandono del componente religioso, y en la animadversión hacia el fracking.

    Otros, los más izquierdistas, alegan que el fracaso se debió a que quizá Biden sea, aun con Kamala Harris, el más conservador de los candidatos demócratas, a su continuismo proteccionista, a sus propuestas fiscales, a la pírrica campaña en Estados decisivos, y a la dejadez en unas redes sociales habitualmente dominadas por la izquierda.

    14 nov 2020 / 00:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    Tema marcado como favorito