Equivocada en el peor lugar

¿Se puede ser ingenuo en política? Uno pensaba que Nadia Calviño era una mujer muy inteligente. Su currículo invitaba a mostrar ciertas dosis de optimismo al haberse labrado una carrera profesional digna de elogio en las instituciones europeas y, sobre todo, al dar ese paso de ayudar a su país en un momento complicado renunciando a un sueldo magnífico.

No tardamos mucho en darnos cuenta de que en realidad la vicepresidenta económica es una ingenua. Fue cuando dijo aquello de que “España tenía apalabrados al menos 10 votos pero al final alguno de los ministros no hizo lo que dijo que iba a hacer” tras haber perdido la votación para presidir el Eurogrupo. Eso fue hace más de dos años y en este tiempo poco aprendió. Decir que esperaba mucho de Alberto Núñez Feijóo y que le decepcionó demuestra que la ingenuidad es parte de su ADN... político.

¿Hay un guión definido? No hay día en el que un ministro del PSOE aparezca en pantalla para desacreditar la labor de oposición del presidente del PP. Parece que se estableció una especie de competición para ver quién es el que se lleva el premio al que (sea hombre o mujer) más le atiza. Ya no hay duda ninguna de que es una estrategia bien perfilada.

¿Cuándo sabremos si lograrán que se suspendan los toros en Pontevedra? Respuesta: El año que viene, si Dios quiere.