¿Es Miñones el tapado?

POLÍTICA Con un Ejecutivo atípico y un presidente, cuanto menos, peculiar, no debería extrañarnos que el delegado del Gobierno sea también singular. Es lo que está ocurriendo en la relación entre Moncloa y Galicia. Javier Losada era combativo y no rehuía el enfrentamiento, pero todo el mundo sabía que estaba amortizado, su nombramiento fue una solución de emergencia más que un guiño en clave de futuro.

Lo de José Miñones es otra cosa bien distinta. Su elección, hace nueve meses y tras la contundente derrota del PSdeG en las autonómicas, fue la confirmación de que Pedro Sánchez tomaba ciertas posiciones en un asunto, el de nuestra comunidad, que ni le ocupaba ni le preocupaba; es más, hasta la irrupción como caballo desbocado de Isabel Díaz Ayuso, el líder socialista se sentía cómodo con un Alberto Núñez Feijóo fuerte en Galicia y limando algunas aristas de Pablo Casado.

La situación ahora es distinta. Gonzalo Caballero no daba la talla, en opinión de los estrategas de la calle Ferraz, a Valentín González Formoso se le considera aglutinador y ven que José Ramón Gómez Besteiro no termina de dar el paso. Es ahí donde están jugando el papel de José Miñones. Hay una campaña para darle a conocer y crearle perfil propio. Está en todas partes y en su balance de fin de año lo deja claro: visitó 62 concellos, se entrevistó con más de 80 alcaldes y se reunió con los presidentes de las cuatro diputaciones y el del Fegamp.

Aún es pronto para comprobar si se consolida pero, no lo duden, el delegado es el tapado del PSOE de cara al futuro socialista en Galicia (a la espera de que se consolide un nombre de mujer, con dos aristas). antón trabanca