Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

Escuchar

    LA pandemia ha puesto de relieve muchas cosas que pasaban desapercibidas y a las cuales es necesario prestar más atención. El confinamiento ha hecho que nuestras calles y plazas se quedasen solitarias y nosotros pudiésemos contemplar el silencio. También ha visualizado a personas que viven solas y necesitan ayuda de otras con las que puedan hablar y sobre todo que las escuchen.

    En nuestra sociedad hay mucho ruido que impide escuchar. El silencio es imprescindible para escuchar las palabras de otros. Los que hablan bien no solo dominan las palabras sino el silencio. Muchas veces al hablar aumentamos la intensidad de la voz para que sean nuestras razones las dominantes. Como esto lo hacemos todos es frecuente que en una conversación se vaya subiendo la intensidad poco a poco de tal manera que sea imposible oír lo que dice el otro.

    El resultado es un ruido molesto e incesante que alcanza no solo a los que intervienen en la conversación, sino a todas las personas que están cerca, que tienen que padecer ese ruido no solicitado que llega a impedir cualquier conversación. Este ruido se impone en los programas de televisión, radio, bares, cafeterías, restaurantes, reuniones de comunidad de pisos, debates políticos, reuniones de amigos. No se escucha y además se ésta perdiendo el saber como escuchar.

    Para escuchar se debe tener en cuenta que si alguien pide que se le escuche no está pidiendo que se le den consejos. Tampoco se escucha cuando se empieza por decir que no se debía de sentir así. No es acertado al escuchar si se siente el deber de hacer algo para resolver sus problemas.

    Cuando se pide que le escuches, no se pide ni que hables ni que hagas, sino solamente que escuches. Aconsejar puede ser fácil, pero el que pide escuchar no es un incapaz. Puede que pase por dificultades o esté sin ánimos, pero no es un inútil. El hacer cosas para una persona que ella misma podría hacer y no necesita, solo contribuye a su inseguridad.

    El aceptar, simplemente, que lo que siente le pertenece, aunque me parezca irracional, hace que él no tenga que intentar hacértelo entender, y así puedas empezar a descubrir lo que hay dentro y escucharle de verdad, con respeto a su interioridad que es donde reside su libertad.

    Estas consideraciones se hacían la semana pasada, con motivo del día de la escucha, desde el Teléfono de la Esperanza, institución dedicada a escuchar, como una llamada de atención hacia la necesidad de escucha en nuestra sociedad. Los seres humanos tenemos necesidad de relacionarnos y no hay otra manera de hacerlo que por medio de la escucha. Necesitamos que nos escuchen y necesitamos escuchar y para ello el silencio es imprescindible.

    Sin esta necesidad primaria, la sociedad se debilita. Quizás por eso se hable de una sociedad líquida donde las ligazones y relaciones son débiles pareciéndose más a un fluido que a un sólido. La falta de escucha esta en el origen de muchas desgracias.

    02 abr 2021 / 01:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    Tema marcado como favorito